
- Compartir:
- Compartir en Facebook
- Compartir en Twitter
- Compartir en Whatsapp
- Compartir en Messenger
- Compartir en Messenger
Quesos según su curación: del fresco al viejo, ¿cuál elegir?
- Para quienes están cuidando su alimentación, el queso de cabra es una buena elección por su bajo contenido en grasa

- Chapters
- descriptions off, selected
- subtitles settings, opens subtitles settings dialog
- subtitles off, selected
This is a modal window.
Beginning of dialog window. Escape will cancel and close the window.
End of dialog window.
This is a modal window. This modal can be closed by pressing the Escape key or activating the close button.
This is a modal window. This modal can be closed by pressing the Escape key or activating the close button.
El queso es uno de los grandes protagonistas de la gastronomía mundial. Más allá de ser un manjar capaz de deleitar nuestros sentidos, destaca por sus interesantes cualidades nutricionales. Fuente de proteínas, calcio, vitaminas y grasas saludables —según el tipo—, este alimento versátil admite múltiples formas de clasificación: por su textura, la leche utilizada, el método de elaboración o la intensidad de su sabor.
En Madrid Mejora Tu Vida, nos hemos acercado al Mercado de Majadahonda para descubrir de la mano de expertos los distintos tipos de queso y cómo clasificarlos según su curación. Además, resolvemos algunas dudas frecuentes que surgen a la hora de elegir o conservar un buen queso en casa.
La curación: clave en el sabor y la textura
Una de las formas más comunes de clasificar el queso es por su tiempo de curación, es decir, el período durante el cual el queso ha madurado. Este proceso influye directamente en su textura, color, sabor y valor nutricional. Las principales categorías son:
- Queso fresco: sin curación, de textura blanda, sabor suave y alto contenido en agua. Ideal para dietas ligeras.
- Queso tierno: con una curación de 7 a 35 días. Su sabor es ligeramente más pronunciado, pero sigue siendo suave.
- Queso semicurado: entre 35 y 105 días de curación. Tiene una textura más firme y un sabor más intenso.
- Queso curado: curación de entre 105 y 180 días. De sabor fuerte y textura firme.
- Queso viejo: con más de 180 días de curación. Sabor potente, textura seca y una mayor concentración de nutrientes.

IFEMA acoge una nueva edición del Salón Gourmets con más de 55.000 productos nacionales e internacionales
¿A más curación, mayor sabor?
No necesariamente. Aunque es cierto que la curación intensifica el sabor, hay otros factores determinantes como el tipo de leche (vaca, oveja, cabra o mezcla), el proceso de elaboración o el uso de fermentos y mohos. Un queso fresco de cabra puede tener un sabor más marcado que un queso tierno de vaca, por ejemplo.
Queso y dieta: ¿cuál elegir?
Para quienes están cuidando su alimentación, el queso no tiene por qué quedar fuera. La clave, como siempre, está en el equilibrio. Entre las opciones más recomendables se encuentra el queso de cabra, que es más bajo en lactosa, más fácil de digerir y generalmente menos graso. También los quesos frescos, como el queso batido o el requesón, pueden ser buenas alternativas si se busca un aporte proteico con menos grasa.

Lucha contra la obesidad infantil: el Gobierno prohibirá las bebidas azucaradas y la bollería industrial en los colegios
¿Qué hacer si el queso tiene moho?
Encontrarse con moho en un queso no siempre es motivo de alarma. En el caso de quesos duros o curados, basta con retirar la parte afectada, cortando con margen alrededor, y el resto puede consumirse con seguridad. Sin embargo, si el queso es fresco o blando, lo más seguro es desecharlo, ya que el moho puede haber penetrado en su interior