El innovador donut de cocido que revoluciona la gastronomía
- Una sorprendente fusión del puchero madrileño y la cocina vasca
En una sorprendente fusión de tradiciones culinarias, el restaurante perretxiCo ha decidido llevar el clásico cocido madrileño al mundo de los pintxos vascos. Esta innovadora creación combina la esencia del puchero tradicional con ingredientes característicos de la gastronomía vasca, ofreciendo a los comensales una experiencia única.
La premisa de este plato es sencilla, pero ingeniosa: "La idea es hacer un cocido madrileño, pero lo vamos a hacer con ingredientes vascos", nos explica Idoia Boyra Sarachaga, chef del restaurante.
Para lograr un caldo intenso y lleno de sabor, se comienza por tostar todas las verduras y carnes en el horno a temperaturas que alcanzan los 260º. Este proceso no solo realza los sabores, sino que también proporciona un caldo oscuro y potente que servirá como base del plato.
Tras varias horas de cocción, donde el puchero se deja al fuego entre seis y ocho horas para obtener la máxima riqueza de sabor, llega el momento crucial: desmigajar la carne (el zancarrón y la gallina) y mezclarla con morcilla de Beasain y chistorra. Esta mezcla se combina con los garbanzos, creando un relleno que luego se congela en moldes para dar forma al donut.
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El resultado es un bocado que engaña a los sentidos. "La gente cuando ve nuestra carta el donut no sabe si es salado o dulce. La apariencia es de un donut, pero le pegas un bocado y es un cocido", comenta Idoia con entusiasmo. Una vez congelados, los donuts se sumergen en una masa hecha con levadura, huevo, harina y sal antes de ser fritos hasta alcanzar el punto perfecto.
Para complementar esta deliciosa creación, cada donut se sirve acompañado del caldo del cocido y lleva como topping un glaseado de bacon ahumado que añade un toque extra de sabor.
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Además de rendir homenaje a la tradición madrileña, esta innovadora propuesta también celebra la riqueza de los sabores vascos, convirtiéndose en una experiencia gastronómica imperdible.
Esta iniciativa es un claro ejemplo de cómo la cocina puede reinventarse sin perder su esencia, ofreciendo a los amantes de la gastronomía una nueva forma de disfrutar del clásico cocido madrileño en formato pintxo. Sin duda, una deliciosa aventura culinaria que vale la pena explorar.
