La lucha de una familia en Móstoles por recuperar su casa tras 5 años de okupas
- Además, podrían estar haciendo negocio alquilando habitaciones
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Foto: REDACCIÓN
En septiembre de 2015, los padres de Eva tomaron la difícil decisión de alquilar su casa de toda la vida en Móstoles. La razón era clara: pagar la hipoteca del nuevo piso y acercarse a sus hijos.
Sin embargo, lo que parecía ser un paso hacia una nueva etapa se ha convertido en una pesadilla que ya dura más de cinco años. Los inquilinos, que inicialmente cumplieron con su contrato, dejaron de pagar el alquiler y acumulan una deuda que asciende a unos 13.000 euros, cifra que no incluye los pagos realizados por la Comunidad de Madrid.
"La señora entró con un contrato; iban a vivir la madre, la hermana y ella. En septiembre de 2019, como ya no se podía prorrogar el contrato debido a una avería en la vivienda que requería reformas, decidieron que no se irían", nos explica Eva con frustración.
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La situación se ha vuelto insostenible. En una visita a la propiedad, Eva se encontró con cerrojos en las puertas y tres camas en una habitación ocupada por individuos que no eran parte del contrato original. "Había bebés y gente que no vivía allí normalmente", agrega.
La casa, ubicada en una zona residencial de Móstoles y con 120 metros cuadrados, tres habitaciones y dos baños, ha dejado de ser el hogar familiar que solía ser. Eva ha asumido el papel de portavoz de esta difícil situación, ya que su madre, con 79 años, enfrenta problemas de salud que le impiden lidiar con esta problemática. "Ella ya tiene bastante con sus enfermedades y su día a día", declara Eva.
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Mientras tanto, los vecinos del edificio han comenzado a hablar sobre los inquilinos convertidos en okupas. "Deben a Hacienda un montón y quieren cerrar el taller para irse a su país. El marido alquila el taller y tampoco paga; además, ella trabaja de limpieza, pero todo es en negro", nos cuentan unas vecinas preocupados por la situación.
La historia de Eva y su familia pone de manifiesto un problema creciente en muchas comunidades: el impacto de los impagos y la falta de soluciones efectivas para quienes desean recuperar sus casas. Con cada día que pasa, la esperanza de recuperar lo que les pertenece se desvanece un poco más.
