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La Ferretería Molina cierra sus puertas tras más de 70 años de historia en Retiro
- María, Pepa y Alicia llevan desde el año 1953 regentando este negocio

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La Ferretería Molina, un emblemático establecimiento y la más antigua de la capital, se prepara para cerrar sus puertas de manera definitiva a finales de este año. Desde su fundación en 1953, María, Pepa y Alicia han hecho de este negocio un pilar en el vecindario, ofreciendo un amplio inventario de más de 10.000 productos que ahora están en liquidación.
"Ahora ya estamos hasta final de año. El que quiera pues que venga, que tenemos muy buenos precios y si lo liquidamos antes, pues nos vamos antes. Habéis empezado a iros a los grandes y ahora veis las cosquillas", expresa con nostalgia María. Este comentario refleja una realidad que muchos pequeños negocios enfrentan en la actualidad: la competencia feroz con grandes cadenas comerciales.
Alicia, quien ha estado involucrada en el negocio desde pequeña, recuerda con cariño los días pasados: "Según llegaba el género, tenías que colocarlo. Había días que te llegaban tres, cuatro pedidos o te venían seis o te venía una". Su experiencia resuena con el eco de años de dedicación y esfuerzo.

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Entre los productos más populares que han volado de los estantes durante estos años, destacan las ollas a presión y las cafeteras. La nostalgia también se hace presente cuando Pepa menciona la pieza más antigua del establecimiento: "La caja registradora de cuando abrimos la tienda. Tendrá, que nosotros la tengamos, 78 años. Numerito por numerito y lo máximo que marcaba era 99,99".
En esta etapa final del negocio, los artículos más demandados por los clientes son cerrajería, electrodomésticos pequeños y utensilios de cocina. Pepa también comparte lo especial que ha sido esta conexión con sus clientes: "Estamos muy agradecidas porque son casi como de la familia. Yo conozco clientes desde que era una cría cuando empecé con trece, catorce años. O sea que más que clientes son amigos".

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El cierre de la ferretería Molina representa no solo el fin de un negocio familiar, sino también el cierre de un capítulo significativo en la historia del comercio local. Con más de 70 años al servicio de los clientes, este establecimiento es un testimonio del compromiso y la dedicación que caracterizan a nuestros pequeños comercios.
Los últimos meses prometen ser emotivos para todos aquellos que han formado parte de esta historia. Ya solo queda una única oportunidad de visitar la Ferretería Molina antes de su cierre definitivo.