Tras las crecidas de las lluvias torrenciales de marzo, el río Guadarrama ahora deja a la vista en sus orillas todo el arrastre de las aguas. De nuevo las toallitas y otras basuras cuelgan de la vegatación de ribera.
Raúl Navarrete, portavoz de Ecologistas en Acción, llama la atención sobre el estado en tramos del cauce al que han ido a parar desechos que han rebasado las redes de saneamiento y depuración.
Pide la organización ecologista a las administraciones que acometan la limpieza para evitar un 'efecto llamada' que en el caso del Guadarrama obligó en 2020 a actuar, con un gran empleo de recursos y gasto, para retirar toneladas de todo tipo de residuos (domésticos, industriales e incluso coches calcinados).
Ecologistas se hace eco de las quejas de los residentes de la Ribera de San Pedro (Arroyomolinos), junto al Guadarrama, que sufren directamente las crecidas y los vertidos en el cauce, así como las dificultades de acceso.
A las reclamaciones de limpieza a las administraciones se suma la petición vecinal para que se mantengan los realojos, se evite la ocupación de las infraviviendas ya desalojadas y no se contruyan nuevas.
El Ayuntamiento de Móstoles, población ribereña del Guadarrama, mantuvo este jueves una reunión con la Confederación Hidrográfica del Tajo para solicitar intervenciones urgentes para la preservación del ecosistema y la seguridad de sus vecinos en la zona inundable.