Es el encargado de dar por iniciado el nuevo año a todos los españoles. El famoso reloj de la Puerta del Sol. Las campanadas con las que hemos dado la bienvenida a 2025 han sido las últimas que dará tal y como lo conocemos.
Por fuera no cambiará nada, lo vamos a ver exactamente igual, pero el reloj de la Puerta del Sol se va a parar y a desmontar completamente por primera vez en 30 años: será en marzo. Necesita renovar su maquinaria interna, una tarea que recae en los relojeros que lo cuidan y lo miman desde hace décadas.
No es una restauración, algo que ya se hizo en 1996, pero sí un mantenimiento en profundidad. El proceso durará unas dos semanas para que este emblemático reloj siga puntual tras casi 160 años.
El día a día en la Relojería Losada transcurre entre las melodías de decenas de campanas. Y en una semanas tendrán aquí a un invitado ilustre: el reloj de Sol. El desmontaje constará de tres fases. "Es complicado porque tiene cuatro esferas y un montón de transmisiones aparte de lo que es el reloj en sí", explica Gustavo Pulido, relojero.
Coinciden, ya no se fabrican relojes como éste, obra de un español, para mayor orgullo. Y si hablamos de orgullo, el suyo, el de los relojeros que han mantenido su maquinaria impoluta desde hace décadas. "Que nos encarguen esta tarea, siendo el reloj más famoso del mundo, es un orgullo", afirma Pedro Ortíz, relojero.
Con mimo y precisión milimétrica ajustan engranajes. Un oficio para el que apenas existe relevo generacional. Y vital para que al menos cada 31 de diciembre sigamos mirando confiados al reloj encargado de adentrarnos en un nuevo año.