El Senado rechaza la ley de antecedentes y la devuelve al Congreso al considerarla vetada
Marimar Blanco pide la dimisión de Sánchez: ¿Van decirme a mí que tengo nostalgia de ETA?
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REDACCIÓN / AGENCIAS
El presidente del Senado, Pedro Rollán, ha anunciado este lunes tras la votación en contra del pleno a la ley de antecedentes penales que permite conmutar penas de prisión en otros países a varios etarras, que entiende ese rechazo por mayoría absoluta como un veto y por ello la devuelve al Congreso.
Aunque inicialmente se preveía que la norma saliera adelante al haber superado todo el trámite parlamentario previo, que hacía a priori irrelevante la votación de este lunes, la interpretación de Pedro Rollán apoyada en un informe de los letrados de la Cámara, supondrá un retraso en su aprobación definitiva.
El presidente del Senado ha informado de esta interpretación sobre el veto al proyecto de ley después de anunciar el resultado de la votación, con 148 votos en contra, que suponen el rechazo por mayoría absoluta, 111 votos a favor y dos abstenciones.
Rollán ha basado esta postura en un informe de la Secretaría General del Senado, fechado el pasado viernes y al que ha tenido acceso EFE, que aduce que un rechazo por mayoría absoluta en el pleno "ha de tener el efecto jurídico de un veto, por haberse acordado con carácter final y global con la consiguiente devolución del texto al Congreso de los Diputados".
"Ha de entenderse que el pleno del Senado ha vetado el texto", ha afirmado Rollán ante los senadores, enarbolando el artículo 90.2 de la Constitución y el 106 del Reglamento de la cámara, tras el debate de un proyecto de ley que no había recibido enmiendas ni vetos.
Los servicios jurídicos del Congreso estudiarán la decisión del Senado, una vez recibida la comunicación del Senado, elaborarán su informe para que la Mesa de Portavoces del Congreso próximo 22 de octubre pueda decidir al respecto.
MARIMAR BLANCO: "¿VAN A DECIRME A MI QUE TENGO NOSTALGIA DE ETA?"
La senadora del PP Marimar Blanco, hermana del concejal del PP asesinado por ETA en 1997 Miguel Ángel Blanco, ha sido la encargada de defender el voto en contra en una intervención en la que ha pedido la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Blanco ha cargado contra el Gobierno y el PSOE por no retirar la "infamia" de la ley y por lo que considera una "maniobra oculta y calculada" para colar "de manera cobarde y miserable una enmienda para liberar a terroristas sanguinarios".
Ha mencionado a Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, condenado por el asesinato de su hermano, del que ha dicho que mencionar su nombre le "repugna" y ha afeado que Sánchez no tiene problema de beneficiarle para seguir pagando el "alto precio" del alquiler de la Moncloa, pese a que esta reforma no afectará a este exjefe de ETA porque la Audiencia Nacional ya tuvo en cuenta en 2014 la pena de un tribunal francés.
La senadora, que ha recibido un largo aplauso de su bancada antes y después de intervenir, ha vuelto a pedir perdón porque el Grupo Parlamentario Popular votó a favor de esta proposición de ley y no enmendó ni presentó vetos en el Senado, lo que hará que la ley quede aprobada pese al rechazo este lunes de la mayoría absoluta de los populares. "Lo correcto es que si cometemos un error, lo corregimos. Lo correcto es que si las víctimas nos piden que retiremos unas imágenes, pues sí, las retiramos. En cambio, lo nauseabundo es no retirar un proyecto de ley a pesar de que las víctimas se lo están exigiendo porque claman justicia a gritos", ha espetado.
Tras denunciar que esta reforma es la "consecuencia del pacto encapuchado por (Arnaldo) Otegi" ha acusado al PSOE de lanzar bulos al acusar a los populares de tener "nostalgia de ETA". "¿Van a ser tan valientes de mirarme hoy a los ojos y decirme que yo tengo nostalgia del terrorismo de ETA?", ha espetado, para señalar después que el PP tiene nostalgia de cuando el PSOE levantaba muros a Bildu y construía puentes con las víctimas de ETA.
La senadora del PSOE Elena Diego ha calificado de "espectáculo lamentable" la actuación del PP y ha reclamado un debate "sin insultos, sin carteles y con el máximo respeto a las reglas del juego democrático parlamentario".
Ha acusado al PP de colocar a todo el país en la preocupación y en la confrontación y de crear "una realidad paralela" al inventar un nuevo relato y afirmar que han sido engañados, al tiempo que le ha censurado de que, con su mayoría absoluta, haya retrasado el debate.