En una comunidad de vecinos de Arroyo Fontarrón, ubicada en Moratalaz, la situación se ha vuelto insostenible. Tras la instalación de un ascensor en el exterior del edificio, los cables de telefonía han sido sacados de la fachada y ahora cuelgan desordenadamente en medio de los pasillos del recibidor.
Esta problemática ha generado una creciente preocupación entre los vecinos, quienes se sienten atrapados en una auténtica yincana cada vez que acceden a sus viviendas. Una situación que se agrava cuando llueve, ya que el suelo mojado aumenta el riesgo de resbalones.
Santos, un vecino de 83 años, es uno de los más afectados. A pesar de su edad, se esfuerza por ir a hacer la compra todos los días, pero cada vez que entra al portal se enfrenta a un obstáculo incómodo: "Cada vez que bajo, tengo que saltar estos cables. Es muy incómodo", comenta con preocupación.
La comunidad ha estado lidiando con este problema desde el pasado 6 de noviembre, cuando interpusieron su primera incidencia. Tras cuatro meses de espera y múltiples reclamaciones, Lola, presidenta de la comunidad, nos explica: "El 8 de noviembre enviamos fotos para que vean los cables. No se trata solo de reubicar, se trata de que me quiten esto".
A pesar de sus esfuerzos por documentar cada incidencia y su seguimiento, la situación permanece sin resolver. Además, a lo largo de este tiempo, los vecinos han recibido propuestas económicas por parte de la compañía de telefonía para solucionar el problema.
"Nos pidieron 200 euros para llevar a cabo la reubicación", añade Lola. Aunque confirmaron haber recibido el dinero el 17 de febrero, cerraron la incidencia argumentando trabajo realizado, lo cual resulta frustrante para los vecinos que continúan lidiando con la madeja de cables.
La preocupación no solo afecta a Santos; otros vecinos también expresan su inquietud. "Tenemos un problema muy gordo porque aquí hay familias con niños y personas mayores que vienen con las compras", señala una vecina del bloque. Mientras tanto, observan cómo otros edificios cercanos han logrado solucionar este mismo inconveniente.
Un equipo de Madrid Directo ha contactado a la compañía telefónica y, aunque afirmaron haber acudido a la finca esta misma mañana para llevarse parte de los cables, aún queda una gran madeja sin atender.
Raúl, otro vecino afectado, destaca que estos cables son cruciales, ya que van hacia los cajetines de la compañía de telefonía: "A un metro de la ventana están los cables cortados igual que otras compañías".
A medida que las semanas pasan y la situación persiste sin solución a la vista, los vecinos de esta finca en Moratalaz se preguntan cuánto tiempo más tendrán que vivir en estas condiciones peligrosas e incómodas, por lo que claman por una respuesta efectiva para recuperar la seguridad y comodidad en su hogar.