Tras la declaración de la crisis sanitaria por la Covid los cines, teatros, museos, bibliotecas, salas de conciertos y otros espacios culturales tuvieron que echar el cierre.
La música fue una de las maneras de rescatar a una población encerrada en su casa, asustada y a la espera de acontecimientos.
El tema 'Resistiré' del Dúo Dinámico fue un himno. Sonando en balcones y terrazas junto a los aplausos de las 8 de la tarde parta quienes bregaban con el virus en primera línea.
Otros artistas se fueron uniendo a este impulso, haciendo variaciones de la canción del Dúo Dinámico o creando sus propias composiciones en soledad o conjuntamente con otros de manera telemática.
Voces conocidas y otras no tanto se atrevieron a actuar desde sus casas, en vivo desde el balcón, o con conciertos emitidos online desde el salón de casa.
Del 'quédate en casa' de los primeros meses se pasó a una desescalada que permitió ciertas actividades culturales, con mascarillas, geles hidroalcohólicos, separación y límites estrictos de aforo.
Los Teatros del Canal reabrieron pero con un tercio de sus localidades, el de La Abadía programó obras para una veintena de personas en la sala y el Teatro Real reabrió con una Traviata de mínima escenografía.
El primer gran concierto, en vivo, en un local cerrado fue el de Loquillo, en el Palacio de los Deportes de Madrid, ante 1.700 asistentes.
Y en Nochevieja la actuación musical en homenaje a los héroes de la pandemia llevó a Nacho Cano y su piano hasta una solitaria Puerta del Sol.