Casas con alma, detalles inesperados… y muchas historias que contar. Esta semana, en Toc, Toc… ¿Se Puede?
Isa Balado se traslada hasta Galapagar para conocer una casa en plena naturaleza. La vivienda de Joaquín Martín, con casi 6.000 m² de terreno, parece sacada de otro tiempo. Construida en piedra y madera, acoge historias, amigos, una chimenea hecha por el padre de Joaquín, una lámpara-balanza, un salón de 70 metros cuadrados y… el lugar más especial: el fogón donde Joaquín prepara sus legendarias paellas. Un refugio rústico, acogedor y lleno de vida.
Estefanía Masó se adentra en una vivienda que antes fueron dos. Su anfitrión, Juan Carlos Fernández, unió ambas casas para dar forma a un hogar amplio, funcional y con memoria. Compuesto de madera de pino, una gran viga de hormigón que aún recuerda la separación original y estructuras a la vista que rinden homenaje al trabajo de generaciones anteriores. Un espacio de estructura circular, versátil y en constante evolución… como la vida misma.
David Moreno visita el hogar de alguien experta en hacer feliz a los demás a través de la decoración: Chus Cano, decoradora, restauradora y presentadora de televisión. Dominada por lo vintage, su casa es serena, armónica y cada rincón guarda una pieza con alma: cuencos tibetanos, piedras que equilibran la energía, paredes con motivos florales y muebles con historia. Un espacio amplio, luminoso y profundamente personal.
El hogar de Madrid que esconde una reliquia de Marilyn Monroe
Y Andrea Prat se pasa por Majadahonda para visitar el chalet de Agustín Arroyo, un hombre hecho a sí mismo, dueño de una empresa de mudanzas. Su hogar es tan genuino como él: moderno, ecléctico y repleto de souvenirs de sus peripecias. Desde una televisión en la bañera hasta un Papá Noel gigante que baila, pasando por un oso de peluche enorme con bandera de España incluida y un homenaje muy especial a su gran pasión: el Real Madrid. Porque, como dice su dueño, “más hace el que quiere que el que puede”.
Cuatro hogares distintos, una misma sensación: ganas de quedarse. Hoy, en Toc, Toc… ¿Se Puede?
