Las historias que están detrás de las personas que pasan cada noche en el aeropuerto de Barajas
- Cada vez son más los que recurren al aeropuerto para dormir
En un rincón del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Mario y María, una pareja de 40 y 41 años, enfrentan una dura realidad: la falta de empleo y vivienda les ha obligado a refugiarse en este espacio, donde sobreviven con lo poco que tienen.
Desde hace dos o tres meses, su vida ha cambiado drásticamente. "En el momento que me quedé sin trabajo en junio, lo poco que teníamos ahorrado se nos fue en el alquiler. No encuentro trabajo y decidimos venir aquí para no pasar frío y estar más protegidos", relata Mario.
A pesar de que el aeropuerto está aclimatado, dormir en el suelo es un desafío constante. "El frío se te mete en el cuerpo, y alguna vez hay algún tipo de robo. Dentro de lo que cabe, no se puede descansar bien", añade con preocupación.
Para ellos, las pertenencias que los rodean son lo único que les queda, pero la limitación de espacio es evidente: "No puedes tener mucho más porque si llevas mucho peso, el día a día se te hace bastante duro".
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La situación se complica aún más para María, quien ha sufrido una caída y ha sido operada del codo. "Aquí en el suelo, imagínate, con miedo de que se me infecte por la suciedad. No puedo ducharme bien en condiciones", confiesa con angustia.
La pareja observa cómo cada vez son más las personas que recurren a dormir en el aeropuerto. "Ahora por la noche nos juntan a todos; no te dejan dormir donde quieres. Antes podíamos buscar un rinconcito para estar solos, pero ahora tenemos que estar todos juntos y eso hace que sea mucho peor", explica María.
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La realidad de Mario y María es solo una de muchas historias que se entrelazan en este lugar. Hace una década, apenas unas cincuenta personas buscaban refugio en el aeropuerto; hoy, esa cifra ha aumentado a cerca de quinientas.
La creciente falta de soluciones por parte de las administraciones agrava esta situación crítica. "He tocado muchas puertas antes de estar aquí y la ayuda es denegada en todos lados", concluye Mario.
