La investigación sobre el accidente de tren del túnel de Atocha que provocó retrasos y cancelaciones que afectaron a 15.000 pasajeros el pasado sábado será compleja ya que hay que revisar varios puntos que afectan tanto a Renfe, como operadora, así como a la empresa que fabricó el tren siniestrado.
Renfe, Adif y Alstom deben ahora responder a una serie de incógnitas en las que se centra la investigación para descubrir por qué se produjo el accidente y evitar así que vuelva a ocurrir.
En primer lugar, Técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) están escuchando todas las comunicaciones que se produjeron ese día entre los operadores, al igual que se están revisando todos los registros informáticos para poder saber qué ocurrió.
Otra de las preguntas es por qué se decidió trasladar ese tren al taller de Fuencarral cuando ya estaba alojado en otro taller.
Con respecto a qué pudo fallar en ese traslado, hay que responder a la pregunta de por qué se desacopla la locomotora del tren averiado, pudiendo fallar la tensión del túnel, la tensión de la locomotora…
Los problemas técnicos que tenía el convoy siniestrado son de especial relevancia ya que, si el fallo es que no tenía frenos, tendría que haber llevado otra locomotora en cola, según detallan los expertos, por si sucede lo que al final sucedió, que se desacopla, no vaya a la deriva sin control.
El centro de control también es objeto de análisis ya que aquí se tomó la decisión de desviar el tren para evitar males mayores.
Todas estas respuestas son clave para saber si este túnel es seguro o hay que actualizar los protocolos.