En la cirugía estética lo más preocupante, advierten, es que el 65% de los tratamientos los hacen profesionales no cualificados y el 20% se realizan en centros no regulados.
Los resultados de algunas intervenciones acaban en los juzgados o incluso con consecuencias fatales. A la hora de querer pasar por el quirófano para mejorar el aspecto físico hay que tener en cuenta que se requiere de un médico identificado y una clínica con un número de registro que en España es el U.48.
Si el centro elegido no dispone de esta acreditación, piden desconfiar. Y desde luego, alertan, no son espacios para este tipo de prácticas las peluquerías, hoteles o domicilios.
Cuando un producto va a ser inyectado bajo la piel la recomendación pasa por exigir su etiqueta y comprobar la trazabilidad del producto, cumple requisitos y está a autorizado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.
Las redes sociales presentan procedimientos sencillos, indoloros y exitosos con cánones muy alejados de los patrones de belleza. Los expertos nos alertan de un mercado negro con graves consecuencias para la salud. Diferenciar entre tratamiento médico y estético es fundamental.