El sol aporta gran cantidad de vitaminas, pero también juega un papel dañino si no se ha llevado a cabo unas rutinas de hidratación y precaución adecuadas.
Tras una intensa exposición solar durante el verano, miles de españoles acuden a sus dermatólogos con problemas dérmicos. Las zonas que habitualmente se ven más expuestas como: las manos, la cara y el escote, son las más perjudicadas a largo plazo.
Para prevenir manchas, lunares, dermatitis o incluso cáncer de piel, es imprescindible una correcta hidratación, el uso diario de protectores solares y una buena alimentación.