Cada semana un reportero del programa viaja a otras ciudades del mundo para ver cómo viven los madrileños fuera de nuestro país. ¿Te animas a venir con nosotros a conocer madrileños por el mundo?
Viajamos a 1.655 kilómetros de Madrid para descubrir la ciudad más antigua de los Países Bajos. Se sitúa a ambos lados del río Mosa y es muy famosa por su Tratado... ¡Maastricht!
Comenzamos nuestro viaje navegando por el río Mosa, uno de los más largo de Holanda con 950 kilómetros de longitud y atravesando países como Francia o Bélgica para desembocar en el mar del Norte.
El Mosa atraviesa Maastricht, una ciudad de 150.000 habitantes y cuyo nombre viene precisamente de este río, que en holandés se llama 'Maas'.
Ya en tierra firme descubrimos cómo las casitas tienen fachadas estrechas y se ubican muy cerca del canal, al estilo de Ámsterdam, además, ¿sabías que la cuarta parte de la superficie de Países Bajos está bajo el nivel del mar?
Llegamos a 'Sint Pieter Fort', el fuerte del siglo XVIII construido en uno de los puntos más altos de la ciudad, a 200 metros de altitud, ya que Maastricht tiene un terreno bastante plano.
Entramos el interior de esta fortaleza repleta de oscuros y estrechos túneles por donde los soldados defendían la ciudad con sus cañones. Ahora, poco queda de esos ejércitos que recorrían las galerías pero sí que hay murciélagos que habitan en algunas zonas por donde es mejor no pasar.
Caminamos por el exterior de este fuerte hasta llegar a las cuevas de Maastricht, uno de los puntos más turísticos de la ciudad y cuya entrada cuesta unos 10 euros por persona.
Estas cuevas tienen una longitud de 18 kilómetros y sirvieron de refugio durante la II Guerra Mundial.
Nos adentramos ahora en un monasterio e iglesia que se ha convertido en hotel de diseño. Tiene cinco estrellas y es de los más lujosos de la ciudad.
Visitamos ahora la Plaza del Mercado, donde todos los miércoles y los viernes ponen un mercadillo donde se vende ropa, fruta, verdura o accesorios.
Muy cerca está el Ayuntamiento de Maastricht que tiene la curiosidad de ser simétrico, es decir, desde el centro es igual para sus dos lados. Se empezó a construir en 1659.
Probamos un poco de queso holandés antes de ir a la Plaza de 'Vrijthof', la típica que aparece en todas las postales de la ciudad y donde se encuentran dos iglesias juntas, una de ellas con la mítica torre roja que esconde muchas leyendas sobre su colorido.
Algo muy típico de Maastricht también son las bicicletas, muy utilizadas por los holandeses para moverse. Y subidos en una recorremos una zona residencial para ver cómo son las casas en aquí.
Curioso el castillo del siglo XI que a lo largo de la historia fue destruido y construido varias veces hasta que en 1672 el rey Guillermo III decidió demolerlo, y así permanece hoy en día.
Y en un antiguo zoológico de Maastricht donde ahora se rinde homenaje a los osos que permanecieron aquí atrapados, encontramos la escultura de D'Artagnan, un soldado real asesinado en 1673 durante el asedio de Maastricht.