La Escuela Taurina de El Juli: forjando el futuro de la tauromaquia en Arganda del Rey
- El objetivo es formar toreros e inculcar valores
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Foto: ARCHIVO
En Arganda del Rey, la Escuela Taurina de El Juli lleva dieciocho años formando a los nuevos talentos de la tauromaquia. Con una edad que oscila entre los 9 y 24 años, estos jóvenes son considerados el futuro del arte del toreo y están listos para dejar su huella en el mundo taurino.
Adrián Centenera y Álvaro de Chinchón, dos de los alumnos más veteranos, ya han tenido la oportunidad de pisar la emblemática plaza de Las Ventas. Con muleta y pitones en mano, practican el toreo de salón, una técnica fundamental que les permite familiarizarse con la presencia del toro. "Es lo más parecido que puede ser delante de la cara del toro", explica Adrián, quien dedica unas tres horas diarias al entrenamiento en el tentadero de la escuela.
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El sacrificio y la dedicación son constantes en sus vidas. Adrián, quien fue finalista del Circuito de Madrid el año pasado, confiesa: "Para mí, el toreo es lo más bonito del mundo. Creo que merece la pena mucho luchar por lo que están luchando, se consiga o no". Su compañero Álvaro también comparte su experiencia: "He tenido la oportunidad de hacer el paseíllo ya dos veces en Madrid. La primera di una vuelta al ruedo importante y seguimos en la pelea de ello".
Los certámenes taurinos juegan un papel crucial en su trayectoria. Nicolás, otro de los alumnos, resalta su importancia: "Te ayudan para torear y puedes ganarte novilladas. La constancia y la afición nunca hay que perderlas; siempre hay que venir a entrenar todos los días". Además, comparte su compromiso: "A San Isidro nunca fallo".
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La enseñanza en la Escuela Taurina no se limita a lo técnico; también se enfoca en inculcar valores fundamentales. Hugo, uno de los profesores, destaca el interés y la dedicación de los chavales: "Son muy aplicados y muestran mucho interés. Es bonito que empiecen a reconocerlo". Además, enfatiza la importancia de controlar las emociones como el miedo y la frustración, aspectos cruciales en esta profesión.
La formación abarca tanto aspectos técnicos como teóricos, dedicando otras tres horas a comprender a fondo el mundo taurino. A través del capote y con cada práctica, estos jóvenes dan sus primeros pasos en una profesión que exige entrega y sacrificio.
