En la península el clima es muy variado y por ello no se dan los mismos productos de huerta en el norte que en el sur.
Sin embargo, hay huertos como el de Mariano que son la excepción. Este madrileño cultiva grelos, una hortaliza propia de un clima gallego.
Estos se adaptan al clima siempre y cuando no sean extremos. Su crecimiento en invernaderos es rápido y puede ser consumido en crudo.
Los calçots son típicos de las huertas catalanas así como la cebolla blanca de Valencia.