José A. Luengo, psicólogo: “La pandemia de la Covid nos hizo ser conscientes de lo que nos perdíamos”

  • El decano-presidente del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid analiza, cinco años después, cómo nos cambió la pandemia de covid
José Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid
José Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid |J.A. LUENGO

El 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró emergencia de salud pública de alcance internacional por la originalmente llamada ‘neumonía de Wuhan’. La enfermedad se extendió y una microscópica entidad infecciosa que ni siquiera estaba viva doblegó a la especie más poderosa del planeta. El mundo se paró.

En España se detectó el primer caso en Canarias el 31 de enero de 2020 cuando aún no se llamaba oficialmente ‘Covid-19’. El 25 de febrero siguiente apareció el SARS-CoV-2 en Madrid. La pandemia nos había alcanzado.

5 años de la Covid en España, ya convertido en un virus respiratorio más
5 años de la Covid en España, ya convertido en un virus respiratorio más
5 años de la Covid en España, ya convertido en un virus respiratorio más

5 años de la Covid en España, ya convertido en un virus respiratorio más

Y estuvimos tres meses sin salir de casa más que para comprar comida en unos supermercados con las estanterías medio vacías. Nunca habíamos visto nada igual

Pero aprendimos que se podía trabajar, e incluso ‘ir al cole’, desde casa. Aprendimos a llevar mascarilla y a vacunarnos en masa. Aprendimos que, sin los humanos, el cielo era más azul y el campo más verde. Aprendimos a ayudarnos unos a otros. A ser solidarios.

¿Realmente lo aprendimos?

Más de 7 millones de muertos en todo el mundo y cinco años después, es el momento de mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo que aprendimos de la pandemia de covid. Si es que aprendimos.

¿Una sociedad mejor?

'Saldremos mejor de esta' se repitió como un mantra / EUROPA PRESS
'Saldremos mejor de esta' se repitió como un mantra |EUROPA PRESS

Durante la pandemia se sucedieron las muestras de solidaridad y la expresión ‘saldremos mejor de ésta’ se convirtió en un lema constante. Una predicción que no parece haberse cumplido, según José Antonio Luengo Latorre, decano-presidente del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid que señala a Telemadrid.es que “la sociedad sigue pareciéndose bastante a la que había antes de la pandemia”

“Habíamos visto las ventajas de la solidaridad y el apoyo mutuo, habíamos visto los agujeros negros que tenía el sistema pero, cinco años después, lo que podemos decir es que no han cambiado muchas cosas”, afirma. “Vivimos en aquel momento un acercamiento a la solidaridad especialmente ejemplar pero los sistemas, en general, no han tardado demasiado en volver a orientarnos a un mundo muy basado en la individualidad”.

“La sociedad sigue pareciéndose bastante a la que había antes de la pandemia”

Poco a poco la sociedad ha vuelto a sus antiguas rutinas. “Incluso los replanteamientos que se produjeron en los sistemas de organización laboral como el teletrabajo, que parecía una tendencia al alza, se han ido reduciendo prácticamente a nada”.

Durante la pandemia hicimos grandes descubrimientos. El covid nos descubrió por ejemplo, que sin nosotros el mundo era más limpio y el medio ambiente prosperaba. “Las aguas de Venecia se volvieron limpias”, recuerda José Antonio, “y nos dimos cuenta de que nos habían tenido que confinar en casa para que la salud ambiental volviera a la Tierra”. Pero al poco tiempo, eso se olvidó. “El agua de Venecia dejó de tener delfines y se llenó de mascarillas”.

La tecnología fue un salvavidas durante el confinamiento. Nos acostumbramos a las videollamadas, a tener reuniones por Zoom, a mantener contacto a través de la redes sociales, la mensajería instantánea. “Nos prometían algo fantástico, poder escuchar a otro aunque no estuviera, no podíamos abrazarnos físicamente pero podíamos hacerlo virtualmente”. Pero José Antonio Luego se pregunta si ahora, cinco años después, “nos comunicamos más que antes o lo que hacemos es transferir información”.

“El agua de Venecia dejó de tener delfines y se llenó de mascarillas”

Aunque en algo sí hemos cambiado, señala. "En general, ahora somos más conscientes de que la vida hay que vivirla en el día a día porque cuando menos te lo esperas aparece un hecho sobrevenido que te devasta, te tumba y te lleva al rincón”.

Salud mental: un tema que llegó para quedarse

"A veces nos quebramos por lo mal que vivimos" / DOMINIO PÚBLICO
"A veces nos quebramos por lo mal que vivimos" |DOMINIO PÚBLICO

Un legado positivo que dejó la pandemia fue la emergencia de la salud mental “como tema central en el debate social y político”, subraya José Antonio Luengo. La pandemia “normalizó” el concepto de salud mental. “Parece que ya hemos perdido el miedo a hablar de que podemos estar en una mala racha y de que a lo mejor necesitamos ayuda profesional”. Este proceso de desestigmatización es una consecuencia favorable que "ha llegado para quedarse".

“Salud mental, la próxima pandemia”
“Salud mental, la próxima pandemia”
“Salud mental, la próxima pandemia”

“Salud mental, la próxima pandemia”

Ahora somos más conscientes de cuando estamos mal y también de que queremos estar bien. “Se ha normalizado el concepto de bienestar versus malestar psicológico”, explica el decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y somos más conscientes “del efecto en nuestra salud mental de nuestro día a día, del día a día de nuestros niños, de cómo construimos las ciudades, de dónde vivimos y del impacto que todo esto en nuestro bienestar”.

“La pandemia nos permitió ver que a veces nos quebramos por lo mal que vivimos"

“La pandemia nos permitió ver que a veces nos quebramos por lo mal que vivimos y si uno toma conciencia de que puede quebrar, no sólo porque le pase algo al sistema nervioso sino por la vida que llevas, esto te lleva a reflexionar sobre qué vida llevas”.

Una consecuencia de este ‘despertar’ es que ahora también somos “más conscientes de la importancia de los recursos en esta materia" señala José Antonio Luengo. La crisis expuso las deficiencias del sistema de atención psicológica y “aumentó la presión” para mejorar el acceso a servicios especializados.

La pandemia cuestionó nuestro estilo de vida

La pandemia nos hizo darnos cuenta del poco tiempo que pasábamos con la familia y los amigos / DOMINO PÚBLICO
La pandemia nos hizo darnos cuenta del poco tiempo que pasábamos con la familia y los amigos |DOMINO PÚBLICO

La pandemia nos llevó a cuestionarnos el estilo de vida que teníamos y muchos se dieron cuenta de “la poca atención que dábamos a estar con los amigos, con la familia y a los intereses personales; darnos cuenta de esto, nos espabiló”.

"El teletrabajo también nos mostró que se podía vivir y trabajar de otra manera”

El teletrabajo también ayudó a este cambió, porque, como herramienta para conciliar la vida familiar y laboral, nos mostró que se podía “vivir y trabajar de otra manera”, señala Luengo.

Fuimos más conscientes de “quién soy, dónde estoy y cómo vivo". La pregunta es si esto nos ha hecho más fuertes. “¿Hemos creado una vacuna psicológica ante las adversidades? No hay indicadores que nos permitan decir que si”. Según José Antonio Luengo “no se puede decir que nos hayamos hecho más resilientes como sociedad”.

Una nueva cultura entre los más jóvenes

Una nueva cultura surgió entre los más jóvenes / DOMINIO PÚBLICO
Una nueva cultura surgió entre los más jóvenes |DOMINIO PÚBLICO

De alguna manera todos, con la pandemia “fuimos muy conscientes de lo que nos estábamos perdiendo”, señala el decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Y fue dramática para todos, pero tuvo un impacto “terrible” en los más jóvenes.

Es la generación que se incorporó a la Universidad en esos años. La generación que vio cómo se quedaba en nada todo lo que habían pensando que, a nivel social y cultural, iba a suponer la experiencia universitaria, una experiencia que, en muchos casos, suponía un cambio de vida total al incluir un cambio de ciudad. Pero eso no pasó.

"Vieron cómo se quedaba en nada todo lo que habían pensando que, a nivel social y cultural, iba a suponer la experiencia universitaria"

Estudiaron telemáticamente, sin contacto con el campus, con los compañeros, sin amigos, lo que “puede ser perturbador a unos niveles difíciles de medir”. Una situación nueva que ha creado en ellos “una nueva cultura y una nueva manera de entender cuáles son las prioridades”, concluye Luengo.

“Una pandemia mental juvenil”
“Una pandemia mental juvenil”
“Una pandemia mental juvenil”

“Una pandemia mental juvenil”

Como consecuencia, han cambiado el orden de los valores, “quizá todos lo hemos hecho y ahora damos menos importancia al trabajo y más a la vida privada pero los que más han incorporado a su vida estos cambios son los jóvenes” que, cinco años después del comienzo de la pandemia, se enfrentan a sus primeros trabajos de manera muy diferente a como lo hicieron las generaciones anteriores.

Ahora existe una “nueva cultura” de personas jóvenes que priorizan su salud mental y su bienestar psicológico por encima del concepto de ‘progresar en la vida’ o ‘medrar'. Priorizan y planifican más su tiempo libre, sus vacaciones y su contacto con los amigos. La pandemia, y todo lo que vino después, crisis económica incluida, “les enseñó que hay que saber establecer prioridades”. En palabras de José Antonio Luengo, ”la frase ‘no quiero dedicar toda mi vida al trabajo’ cogió peso muy por encima de tener más y de crecer económicamente”.

"La pandemia les enseñó que hay que saber establecer prioridades”

Hoy en día, los jóvenes saben que el sueldo “no te va a dar para mucho y no ven futuro”, así que “viven muy al día” y, en el momento en que disponen de dinero, “cogen un billete de tren barato y dedican su tiempo a disfrutar”. Su lema es “no ahorro demasiado pero vivo y estoy mejor”, señala.

El miedo a salir en los mayores

"Para los mayores fue muy traumático por el miedo a enfermar" / DOMINIO PÚBLICO
"Para los mayores fue muy traumático por el miedo a enfermar" |DOMINIO PÚBLICO

Para cada generación las consecuencias de la pandemia fueron diferentes porque sus vivencias fueron diferentes. La población entre los 35 y los 55 años ya estaba, en general, plenamente incorporada al mercado laboral y tenía su vida ‘hecha’ cuando llegó el covid y, aunque “se perdieron empleos y los autónomos vivieron una situación muy delicada”, es una franja de población “con experiencia, con capacidad, con competencia, que tiene una vivencia de lo que es crecer, esforzarse y trabajar”, explica José Antonio Luengo. Esto les ayudó a recuperar su vida.

La Comunidad de Madrid estudia el impacto de la pandemia en las personas mayores
La Comunidad de Madrid estudia el impacto de la pandemia en las personas mayores
La Comunidad de Madrid estudia el impacto de la pandemia en las personas mayores

La Comunidad de Madrid estudia el impacto de la pandemia en las personas mayores

No fue así para la generación siguiente. Aquellos a los que tocaba jubilarse cuando apareció el SARS-CoV-2 se encontraron con que, después de toda una vida trabajando, en el momento en que iban “a disfrutar de la vida, prácticamente no había posibilidades de nada y hasta unas merecidas vacaciones se replanteaban por el riesgo de salud”.

“Mucha gente sigue saliendo con su mascarilla, no porque tenga infección sino porque prefieren protegerse”

Para los más mayores, a partir de los 70, la pandemia “fue una experiencia muy traumática sobre todo por el miedo a enfermar”. Un miedo que a día de hoy no se ha ido del todo. “Mucha gente sigue saliendo con su mascarilla, no porque tenga infección en ese momento sino porque prefieren protegerse”. A muchos les costó volver a salir a la calle.

“La pandemia nos humilló”

Varias personas de la Fundación Madrina reparten ropa y zapatos a personas vulnerables / EUROPA PRESS
Varias personas de la Fundación Madrina reparten ropa y zapatos a personas vulnerables |EUROPA PRESS

Hubo algo que sí aprendimos todos, jóvenes y mayores. La pandemia nos enseñó que “el ser humano es tremendamente vulnerable, en poco tiempo nos dimos cuenta de que no éramos nada”, señala José Antonio Luengo, “la pandemia nos humilló”.

"La pandemia nos enseñó que el ser humano es tremendamente vulnerable"

Pero “la vulnerabilidad no hay que entenderla como algo negativo, la vulnerabilidad nos ha hecho fuertes porque nos ha traído hasta aquí, el ser humano ha crecido gracias a su capacidad para unirse en los momentos más complejos y en la pandemia hicimos ese esfuerzo”.

Por eso, debemos darnos cuenta de que “va a seguir habiendo gente débil, con dificultades y tenemos que ayudar para construir un mundo más equitativo”. Y, posiblemente la pandemia sí nos hizo mejorar en una cosa, añade el decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid: “La toma de conciencia de la importancia que tienen las redes de apoyo y solidaridad con los más vulnerables”.

Ahora lo importante es “reflexionar si esto se ha estabilizado y se soldó en nuestro ADN”.