Harina, azúcar, levadura, agua, aceite y anís son los ingredientes necesarios para elaborar los tradicionales panecillos de San Antón.
Según manda la tradición el panecillo se debe guardar junto a una moneda, pedir un deseo y al año siguiente llevar el dinero al santo y comerse el panecillo para que así lo deseado se cumpla.
Cada 17 de enero se celebra esta tradición. Sus panes pueden ser dulces o salados, y sabemos que están bien cocinados cuando sale del horno con corteza.