Esta semana, en el Madrid Mazo Guapo, Nieves Ortiz nos lleva a visitar el Palacio de Aldovea. Propiedad de los herederos del duque de Tovar, actualmente acoge celebraciones de bodas y otros eventos, nada que ver con sus orígenes que nos transporta a siglos pasados.
Se encuentra dentro del Soto de Aldovea, en Torrejón de Ardoz, en la margen derecha del río Henares, de ahí que también pertenezca al término municipal de San Fernando.
Es un monumento declarado Bien de Interés Cultural que fue construido sobre un antiguo castillo medieval por orden de Luis de Borbón y Farnesio siendo Arzobispo de Toledo, archidiócesis propietaria de la finca y del inmueble entonces en el que se fijó allá por 1750.
El encargado de acondicionarlo como lugar de recreo fue el arquitecto italiano Virgilio Rabaglio, - uno de los colaboradores del arquitecto Sacchetti en las obras del palacio Real -, que trabajó en varias ocasiones para el infante don Luis y que fue el responsable de otros trabajos ligados a la familia real, como el palacio de Riofrío que no llegó a terminar viéndose obligado a regresar a Italia.
Pese a su sobriedad, el palacio es una maravilla arquitectónica que aprovechó la estructura del castillo para su ampliación conservando sus torres y organizando el espacio alrededor de un patio central de estilo castellano.
A lo largo de este reportaje dentro del programa Buenos Días Madrid que presenta Ely del Valle, repasamos los devenires históricos y curiosidades que esconden las paredes de este Palacio cuyas propiedades llegaron a ser enajenadas en la segunda mitad del siglo XIX, después subastadas y que pasó por varios dueños hasta que en 1902 el duque de Tovar se hizo con el complejo que hoy explotan sus herederos.
Entre otras cosas, llegó a ser refugio en la Guerra Civil y sufrió varias ocupaciones lo que provocó bastantes daños materiales. Relato que nos contó durante de una de las visitas de Bienvenidos a Palacio organizadas por la Comunidad de Madrid, la guía Elena Rosado.
También hablamos con parte del equipo del catering de Aldovea, acostumbrados a dar servicio a los recién casados que eligen este lugar enclavado en plena naturaleza para celebrar su enlace nupcial.