El negocio del frío: Cómo el invierno sigue moviendo Madrid

  • A pesar del aumento de temperaturas, muchas familias madrileñas siguen dependiendo del gasóleo para calentar sus viviendas, con un gasto medio de 1.200 euros al año
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Aunque los inviernos sean cada vez más cortos y menos fríos, sigue habiendo una economía que depende de las bajas temperaturas. Desde los repartidores de gasóleo hasta el turismo de nieve y el control del suministro de gas, descubrimos cómo estos sectores se adaptan a un clima que cambia.

Los repartidores de gasóleo: un negocio que resiste

Casi un 30% de los madrileños que viven en la sierra utilizan calefacción de gasóleo para calentar sus hogares. Sin embargo, el aumento de las temperaturas invernales se nota en el bolsillo: con menos días de frío intenso, el consumo de combustible ha disminuido en los últimos años.

A pesar de ello, la calefacción de gasóleo sigue siendo una opción popular en viviendas grandes, ya que permite calentar los espacios de forma rápida y eficiente. Su alto contenido en parafina le otorga un gran poder calórico, lo que lo convierte en una alternativa atractiva frente a otras fuentes de calor.

Pero, ¿cuánto cuesta mantener un hogar caliente con gasóleo? De media, una familia puede gastar alrededor de 1.200 euros al año en combustible para calefacción, una cifra que varía en función del tamaño de la vivienda y la crudeza del invierno.

El turismo de nieve en crisis

Las estaciones de esquí de Madrid, como Valdesquí, han sido testigos de la transformación del clima. Con 19,5 km de pistas esquiables, esta estación ha visto cómo cada vez es más difícil mantener la nieve en condiciones óptimas.

Tradicionalmente, las pistas parten desde la cumbre y descienden hasta la llanura, donde la nieve es compactada con máquinas. Sin embargo, este año la realidad es otra: actualmente, solo hay una pista abierta, que se mantiene esquiable gracias al uso de nieve artificial.

Los guardianes del calor: el gas y la electricidad

Mientras que el gasóleo sigue siendo esencial en algunas zonas, la mayoría de los madrileños dependen del gas y la electricidad para calentar sus hogares. Madrileña Red de Gas distribuye este recurso a 2,5 millones de madrileños a través de una red de más de 6.000 km de gasoductos.

Desde la Torre de Control, se supervisan parámetros como la temperatura, el caudal y el olor del gas para garantizar un suministro seguro y eficiente. En Madrid, el 80% de las viviendas disponen de gas natural, lo que lo convierte en la principal fuente de calefacción en la ciudad.