En el corazón de Madrid, El Riojano se ha consolidado como el lugar donde se pueden disfrutar las mejores torrijas de la ciudad. Este dulce, estrella de la Semana Santa, se vende y sirve los 365 días del año, pero es en esta época cuando su popularidad alcanza su punto álgido.
Roberto, el maestro repostero del establecimiento, se prepara para satisfacer la creciente demanda de este delicioso postre. "Siempre hemos hecho las torrijas con el pan del día anterior que sobraba, pero nosotros lo hacemos de una manera más elaborada, utilizando una barra de brioche y una buena leche", nos explica.
Esta variante del pan es clave para lograr una torrija perfecta: "Es un poquito más dulce, contiene huevo y mantequilla, y sostiene mejor la humedad de la leche", lo que permite que el pan absorba todos los sabores sin desmoronarse ni perderse en la sartén.
La leche utilizada en El Riojano lleva canela en rama y piel de limón natural, ingredientes que aportan un sabor excepcional a la infusión. "La llevamos a ebullición y luego la dejamos reposar para que todos los sabores se integren", añade Roberto. Una vez que la leche se enfría un poco, empapan el pan, lo escurren y lo pasan por huevo batido antes de freírlo en aceite de oliva.
Con 35 años de experiencia en este arte culinario, Roberto ha perfeccionado su técnica a lo largo del tiempo. Aunque las torrijas son más solicitadas durante las fechas cercanas a Semana Santa, su fama ha trascendido y han ganado varios concursos a lo largo de los años.
"Hacemos entre 80 y 150 torrijas diarias según sea fin de semana o entre semana, pero durante la temporada alta podemos llegar a preparar entre 1.000 y 1.200 diarias", nos explica orgulloso.
Pero eso no es todo; para darle un toque final a estas exquisitas torrijas, preparan un almíbar con agua y azúcar en proporciones iguales, infusionado con canela y limón al igual que la leche. Una vez fritas las torrijas, las sumergen en este almíbar, dejándolas listas para ser degustadas por los amantes de este tradicional postre.