El hotel con cápsulas de 3 metros cuadrados para turistas y estudiantes de Carabanchel se enfrenta su cierre

Anuncian cápsulas de tres metros cuadrados para que se alojaran estudiantes a 400 euros al mes. Es la oferta del Gallery Hostel Madrid, un hostal al más puro estilo japonés situado en Carabanchel y destinado a estudiantes que llegan a Madrid. Ahora, el Ayuntamiento ha decretado la orden de cierre por considerarlo un "negocio ineficaz".

El Gallery Hostel, se asienta en lo que hasta el pasado verano fue un taller en la calle de la Solana, en el barrio de Opañel y posteriormente se reformó, transformándose en un auténtico hotel de cápsulas.

Los vecinos del barrio aseguran que no da ningún tipo de problemas: "Para lo económico que resulta, es super seguro y super limpio. Vas conociendo a gente nueva, muy agradable", comentan a Telemadrid una pareja de gaditanos de paso por Madrid.

Aseguran que los dos días que van a estar en la capital, alojados en el Hostel, les costará menos de 100 euros. Una solución temporal que tal vez aplicado a un estudiante durante todo un curso, sea más problemática.

El Gallery Hostel continúa abierto pese a que en su momento, el 4 de octubre, la Agencia de Actividades del Ayuntamiento de Madrid (ADA), que se encarga de conceder las licencias para actividades económicas, declaró el negocio ineficaz. Posteriormente, el 26 de febrero vino la Policía Municipal para hacer una inspección y comprobó que el negocio seguía abierto y lo que ha hecho ahora la ADA ha sido ahora abrir un expediente para su precinto, para su clausura.

Es un hostal compuesto por 36 cápsulas, cápsulas de unos 3 metros cuadrados, el local todo en conjunto son 200 metros cuadrados. Ofrece servicios comunitarios para todos sus clientes: un pequeño salón y una cocina con derecho a microondas.

Buenos Días Madrid ha hablado con Hasdid, un joven marroquí que lleva hospedado un par de días en el Hostel "porque es la opción más barata" -ha pagado 52 euros- y nadie le alquila siquiera una habitación: "Llevo más de cuatro meses buscando y no he encontrado ni habitación, ni piso, ni nada".

Para Hasdid, como para muchos de sus compañeros esta solución habitacional es "mejor que en la calle". Aunque reconoce que la comunicación entre los que van allí a dormir es prácticamente inexistente: "Nadie habla con nadie. Cada uno a su cápsula a dormir".

Ahora, la decisión de precintar el local ha sido un jarro de agua fría para Hasdid: "¿Por qué lo van a cerrar? Si lo cierran, dónde vamos a dormir?. No solo yo, hay muchos además de mí, hay muchos dentro.