Las presidentas de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y de Extremadura, María Guardiola, iniciaron este lunes una reunión de dos días en la que ambas regiones han acercado posiciones para hacer frente a los planes del Gobierno de Pedro Sánchez de cerrar las centrales nucleares en España, con especial atención en la central de Almaraz, cuyo cese está previsto para 2028, y el cierre total de todas las plantas para 2035.
En el marco de este encuentro institucional, las líderes han firmado un protocolo de colaboración que incluye, entre otros puntos, la petición al Ejecutivo central de prolongar la vida útil de las nucleares y un acuerdo para acelerar la conexión del AVE Madrid-Lisboa, con parada en Badajoz, para 2030. Mañana, ambas visitarán la propia central de Almaraz.
Díaz Ayuso, acompañada por cuatro consejeros madrileños, ha defendido con firmeza la necesidad de mantener operativa la central de Almaraz, que aporta el 15% de la energía consumida en Madrid.
En sus declaraciones, ha advertido que su cierre provocaría "un daño irreparable" al país, al considerar que España carece de la infraestructura tecnológica para sustituir esta fuente energética.
Según sus cálculos, el apagón nuclear incrementaría un 23% la factura de la luz de los hogares y las pequeñas empresas, además de comprometer la autonomía energética y aumentar la dependencia de potencias extranjeras. "Almaraz no se puede cerrar porque así lo dicen los criterios técnicos, científicos y medioambientales", ha subrayado, exigiendo una política energética "sin ideología" y "pegada a la realidad".
La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, y su homóloga de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, visitarán este martes, 25 de febrero, la Central Nuclear de Almaraz, para mostrar su apoyo a la continuidad de esta planta.
Riesgos de apagones y subida precios
Por su parte, el consejero de Medio Ambiente de Madrid, Carlos Novillo, ha alertado de los riesgos de apagones y restricciones energéticas si se ejecuta el plan del Gobierno central, destacando que casi el 40% de la energía de la región proviene de las centrales de Almaraz y Trillo. "Si cerramos las nucleares, el precio de la energía subirá y habrá momentos en que la demanda supere a la generación, lo que provocará apagones", ha explicado, añadiendo que las grandes industrias se verían obligadas a parar su producción y que el país podría quedar rezagado en desarrollo socioeconómico.
Desde Extremadura, María Guardiola ha coincidido en la defensa de la energía nuclear como una fuente "limpia, barata y segura", respaldada incluso por la Comisión Europea, que la reconoció como energía verde hace años.
Sin embargo, el calendario de cierre, establecido hace una década, no ha sido acompañado por un desarrollo suficiente de sistemas de almacenamiento para energías renovables, lo que, según los gobiernos regionales, podría derivar en una mayor dependencia del gas en lugar de una transición real a renovables.
El encuentro ha generado reacciones dispares. Mientras la izquierda critica el viaje como una "huida de responsabilidades" de Díaz Ayuso y Vox lo califica de "incomprensible", el PP defiende que la seguridad energética que aportan las nucleares es clave para atraer inversiones.