Butacas volando, lanzamiento de pelotas de goma y gases lacrimogenos. Juan Román Riquelme, exjugador y actual presidente de Boca Juniors, decidió meterse entre la multidud para calmar a la afición de Boca que se estaba enfrentado a la de Gimnasia y Esgrima.
Una vez más, violentos en el fútbol que empañan el espectáculo que debe suceder solo en el terreno de juego. y lo peor es que no son episodios aislados.
Apenas unas horas antes de lo sucedido en Argentina, había también una vergonzosa batalla campal en Brasil.
Dirtubios y violencia entre las aficiones de Botafogo y Peñarol, que parecen casi prácticas de terrorismo. Unos gravísimos incidentes que se saldaron con más de 200 detenidos.
De nuevo, el fútbol queda en un segundo plano, por actos vandálicos de supuestos aficionados, que no entienden lo que es el deporte.