El 78% de los locales de ocio nocturno inspeccionados entre 2021 y 2023 presentaron deficiencias en sus sistemas de evacuación o sistemas de aforo, según estudios del Consejo Europeo para la Seguridad en Lugares Públicos, lo que ha llevado a los expertos en seguridad a afirmar que en los siniestros en lugares de pública concurrencia se repite el mismo patrón de errores como exceso de aforo, ausencia de planes de evacuación o mantenimiento óptimo de la iluminación de emergencia.
Recientemente, el siniestro ocurrido en la discoteca Jet Set de República Dominicana, con 211 víctimas mortales, o los 59 muertos de la discoteca Pulse de Kočani, en Macedonia del Norte, vuelven a poner de actualidad la necesidad de resolver de forma óptima el problema de evacuación de ocupantes dentro de los edificios, garantizando la integridad física de los mismos y evitando las estampidas y las escenas de pánico, como las ocurridas en el famoso caso del Madrid Arena, en Madrid, donde cinco jóvenes perecieron aplastadas.
El sector eléctrico reclama desde hace tiempo la importancia de realizar actividades de mantenimiento de la iluminación de emergencia, cuya utilidad es imprescindible ya que nos puede salvar la vida creando rutas de evacuación cuando suceden siniestros como incendios, atentados terroristas, amenazas de bomba, concentración de gases, etc.
En España, la instalación de alumbrado de emergencia está garantizada porque es obligatoria por ley en locales de pública concurrencia, pero el sector eléctrico sigue alzando la voz ante la necesidad de supervisar y mantener dicho alumbrado para que esté operativo y funcione correctamente ante una incidencia.
Una luminaria de emergencia no es para siempre, advierten los expertos, porque tiene elementos que se desgastan, tienen una vida útil, y la mayoría de los usuarios y titulares de los locales desconocen las consecuencias que esto puede tener y lo crítico que puede resultar para salvar su vida en un escenario de gritos, atropellamientos, estampidas y aplastamientos producidos por un instinto tan humano como es el pánico.
Del mismo modo, los fabricantes de luminarias de emergencias ponen el acento en las baterías de estos sistemas, que son el corazón de la luminaria, advirtiendo que la norma de fabricación obliga al fabricante a proveerlas de garantía de funcionamiento, pero el tiempo y las circunstancias van deteriorando su vida útil.
Una batería de Níquel-Cadmio cuenta con una vida útil de entre cuatro y seis años, mientras que una de LFP (Litio) puede permanecer en plenas facultades unos seis u ocho años. Por tanto, la iluminación de emergencia no es eterna y el hecho de que esté instalada sin un correcto mantenimiento solo garantiza que no funcionará cuando haga falta.
Como ejemplo, la industria alerta de que en la geografía española aún pueden encontrarse luminarias de emergencia fluorescentes que hace 10 años que no se comercializan y que no entrarán en funcionamiento cuando se necesiten y, por tanto, no ayudarán en la evacuación de personas.
La Comunidad de Madrid, pionera en seguridad
Para acabar con este problema, la Comunidad de Madrid aprobó en 2019 el Decreto 17/2019, de 2 de abril, en el que se insta a que “los aparatos de alumbrado de emergencia que se instalen a partir de la entrada en vigor de este decreto deberán disponer de un sistema automático de ensayo del correcto funcionamiento y autonomía asignada”.
De este modo, los sistemas de alumbrado de emergencia instalados en el territorio regional deben estos dotados de un sistema de autotest que informa visualmente de si existe algún problema de funcionamiento. ¿Qué significa esto? Pues que estas luminarias cuentan con un led de color ámbar o naranja, que si lo vemos encendido nos indica que esa luminaria no funciona correctamente. Y que deberemos advertir al propietario del local de esta circunstancia para que esa luminaria sea reemplazada o reparada.
Campaña de concienciación
Los principales fabricantes de sistemas de iluminación de emergencia de España (LEGRAND, NORMAGRUP y ZEMPER), conscientes de la situación actual y con el ánimo de hacer llegar a los ciudadanos la importancia de estos sistemas para poder salvar su vida, se han unido en una iniciativa pionera y, en colaboración con la Asociación de Instaladores Eléctricos y de Telecomunicaciones de Madrid (APIEM), han puesto en marcha una campaña de concienciación para alertar de que la iluminación de emergencia:
- Permite ver cuando no hay luz, creando un sendero que nos lleve hasta las salidas de emergencias
- Permite localizar los elementos para avisar o extinguir un problema
- Permite acceder a cuadros eléctricos para reponer la energía
- Permite evacuar sin pánico (el INSST, Instituto Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, considera que “el tiempo total máximo para una evacuación es de 15 a 20 minutos, siempre que el edificio esté debidamente protegido y la propagación del fuego controlada”)