El próximo sábado 29 de marzo por la noche, a las dos de la madrugada adelantaremos los relojes hasta las tres.
Llega el primer cambio de hora del año, y con él, una hora menos para disfrutar del sábado. Pero, ¿qué significa esto para nuestro cuerpo y mente? Nuestra farmacéutica de cabecera Rosalía Gozalo nos lo explica de forma clara y con consejos prácticos para sobrellevarlo. Spoiler: la intrínseca relación entre el cambio horario y la astenia primaveral.
¿Por qué nos afecta tanto el cambio horario?
El cambio de hora no es solo un ajuste en el reloj, sino un pequeño terremoto para nuestro ciclo vigilia-sueño. Tras el cambio horario nos enfrentamos a más horas de luz solar, cambios de temperatura, presión atmosférica y humedad. Todo esto obliga a nuestro organismo a adaptarse, y así aparece la famosa astenia primaveral.
¿Los síntomas? Irritabilidad, cansancio, apatía, tristeza sin motivo aparente, insomnio y falta de energía. Y ojo, que afecta especialmente a quienes tienen alergia al polen, a los niños y a las personas mayores.
Astenia primaveral y cambio de hora, cocktail explosivo para nuestro cuerpo
Pero, ¿qué sucede cuando se juntan la astenia primaveral y el cambio de hora?
Imagina que tu cuerpo es como un reloj súper inteligente que sabe cuándo dormir, comer o moverse. Ese reloj funciona con la luz del sol y los horarios del día.
Ahora, en primavera, pasa algo curioso: el cambio de hora de verano. Es cuando adelantamos el reloj una hora para que haya más luz por la tarde. Pero eso confunde un poco a tu reloj interno, como si le cambiaran las reglas del juego de repente. Entonces, a veces te sientes cansado o raro porque tu cuerpo está intentando entender qué pasa.
Luego está la astenia primaveral, que es como un bajón de energía que algunos sienten cuando empieza la primavera. Es como si tu cuerpo dijera: "¡Uy, todo está cambiando! Hay más sol, más calor, y no sé si estoy listo". Eso también te puede hacer sentir cansado o sin ganas de hacer cosas.
Entonces, ¿cómo se juntan estas dos cosas? El cambio de hora y la astenia primaveral pasan más o menos al mismo tiempo, en marzo o abril. El cambio de hora puede hacer que te sientas más cansado de lo normal, y si ya estás medio apagado por la astenia primaveral, ¡pues se siente como doble cansancio!
Trucos para sobrevivir a la astenia
Pero si has llegado hasta este punto de la explicación y ya estás cansado, no te desanime: Nuetra experta nos trae una batería de consejos para capear el temporal primaveral: Rutina, rutina, rutina: Establece horarios fijos para comer y dormir (¡ocho horas, por favor!).
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Muévete: 30 minutos de ejercicio al día bastan para activarte.
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Hidrátate bien: Agua, zumos e infusiones son tus aliados.
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Come fresco: Apuesta por frutas y verduras de temporada, ricas en vitaminas y nutrientes.
El poder de los alimentos: plátanos, fresas y más
Aquí viene lo interesante. Algunos alimentos son auténticos superhéroes contra la astenia:
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Fresas: Su vitamina C combate el cansancio y la fatiga.
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Plátanos: ¿Sabías que comer un plátano por la noche puede ser tu salvación? Rico en triptófano, precursor de la melatonina (hormona del sueño) y la serotonina (hormona de la felicidad), te ayuda a dormir mejor y a estar menos irritable. ¡Hay estudios que lo confirman!
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Chocolate: Perfecto para levantar el ánimo, estimula la zona del cerebro ligada al placer.
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Huevos: Gracias al triptófano y las vitaminas del grupo B, nos hacen más felices y activos.
Cuidado con los suplementos
Si nada de esto funciona, podrías pensar en suplementos como el ginseng. Pero ojo, Rosalía advierte: no son para todos.
Pueden tener efectos adversos y contraindicaciones, así que mejor consultar antes de lanzarse.
Un panorama difícil, pero manejable
Este año, el cambio horario nos reta, pero con estos trucos y un poco de paciencia, podemos salir victoriosos.
Así que ya sabes: carga tu mesa de fresas, plátanos, chocolate y huevos, y dile adiós a la astenia primaveral con una sonrisa.
¿Listo para adaptarte al nuevo horario? ¡A por ello!