Covid persistente: los enfermos 'olvidados' de la pandemia
A pesar de que está reconocida por la OMS, muchos médicos niegan su existencia y lo achacan a la ansiedad y a la depresión
Algunos de los síntomas son la 'niebla mental ' o degeneración cognitiva, dolor en las articulaciones y músculos, fatiga crónica o cefaleas
Mujer durante una sentada pacífica frente al Congreso de los Diputados en junio de 2022 |EUROPA PRESS
IRENE CASAS
Una tarde lluviosa y gris, como las que hemos vivido últimamente, Elena Hervás decide adentrarse en la cocina. Se enfrenta a una receta sencilla: unas galletas de chocolate. Solo necesita un par de ingredientes: 85 gramos de mantequilla, 150 gramos de azúcar (blanco o moreno), 1 huevo, 250 gramos de harina de trigo, 1 cucharadita de levadura, 1 cucharadita de esencia de vainilla y 100 gramos de chocolate.
Es una receta fácil, no tiene complicación. Pero, cuando apenas ha añadido los primeros ingredientes, se queda en blanco: no recuerda si ya debe echar el huevo o la harina. No se acuerda de lo qué ha puesto hasta el momento. Intenta concentrarse, pero no consigue avanzar. Exhausta, suspira y abandona la cocina. La degeneración cognitiva le impide seguir adelante.
Dos años han pasado desde su último contagio por Covid-19, y desde entonces la 'niebla mental', presente en su día a día, le impide desarrollar con normalidad las actividades cotidianas como la cocina. "Siempre me ha encantado cocinar, pero ahora lo he desaprendido por completo. Se me caían los ingredientes de las manos, olvidaba lo que había echado. Incluso siguiendo recetas escritas, me era imposible seguir una secuencia", comenta.
El Covid-19 cambió por completo la vida de todos. De un día para otro, las salidas a comprar o las reuniones con amigos o familiares se vieron limitadas. La pandemia no solo trajo consigo la cuarentena y una nueva rutina, sino que muchas personas experimentaron un giro radical en sus vidas tras contagiarse de SARS-CoV-2.
Este síndrome es una realidad, y así lo confirman numerosos estudios científicos y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo reconoció oficialmente en octubre de 2021. El 'Covid persistente' o 'Covid de larga duración' se refiere a "una serie de síntomas prolongados que algunas personas continúan experimentando después de haber superado la fase aguda de la enfermedad", según define la propia organización.
Los síntomas suelen aparecer tres meses después del contagio y deben persistir durante al menos dos meses. Sin embargo, pueden aparecer desde el inicio de la enfermedad o desarrollarse después de la recuperación. Además, con el tiempo, pueden ir cambiando y varían considerablemente entre pacientes.
Entre los síntomas más comunes se encuentran el dolor en las articulaciones y músculos, la fatiga crónica, las cefaleas y la pérdida cognitiva que suele conocerse como 'niebla mental'.
La degeneración cognitiva, dependiendo del nivel de afectación, puede ser leve o grave. Así, la memoria, el lenguaje, la atención, la resolución de problemas o la toma de decisiones son algunas de las habilidades que personas como Beatriz, Elena o María Jesús han visto afectadas.
Según un estudio reciente del Hospital Clínico San Carlos, se ha descubierto que existe una relación directa entre las alteraciones cognitivas y el aumento del volumen del plexo coroideo (parte del sistema nervioso central vinculada con la producción de parte del líquido cerebroespinal).
Síntomas del Covid persistente |SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MÉDICOS GENERALES Y DE FAMILIA (SEMG))
La neuróloga María Díez, del Hospital Clínico San Carlos, ha resaltado que los descubrimientos han sido "relevantes" para conocer los mecanismos asociados a los problemas neurológicos que los afectados por Covid persistente sufren.
Desde hace más de cuatro años, los afectados por el Covid persistente han tenido que ajustar sus rutinas. María Jesús Pérez, por ejemplo, ya no puede disfrutar de una tarde de compras con su hija. El verano pasado lo intentó, pero recuerda que iba "con las cosas cogidas para ir a la tienda deprisa y corriendo, para tardar lo menos posible".
Beatriz Galván, que fue deportista de élite y llevaba una vida activa, también sufrió un drástico cambio. Tras contagiarse el 13 de marzo de 2020, tuvo que dejar de hacer ejercicio físico y, tiempo después, la despidieron de su trabajo porque ya no estaba capacitada para desempeñarlo.
Si me llaman mis jefes pidiéndome 30 cosas y se me olvidan, ¿qué van a hacer conmigo?
Sin embargo, no es la única que ha perdido su puesto trabajo. Fernando D. (desea mantener el anonimato) trabajaba llevando las redes sociales de una empresa de complementos y joyería y admite que "tuvo que dejarlo porque no podía trabajar a la velocidad que requería" debido a la 'niebla mental'.
A pesar de que laRed Española de Investigación en COVID persistente estima quehay más de 6,5 millones de personas afectadas, aunque no hay ningún registro oficial y algunos médicos niegan su existencia.
"A día de hoy, cinco años después y habiéndose reconocido por la OMS, aún hay médicos que piensan que esto es psicológico, que lo que tenemos es ansiedad", afirma Beatriz.