La tecnología no suma en la enseñanza. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio europeo sobre el impacto de dispositivos electrónicos en las aulas. Los profesores advierten de que el uso excesivo de la tecnología está provocando brechas en el aprendizaje de los alumnos.
El 75% de los docentes considera que un libro es mejor herramienta educativa que una pantalla. Más de la mitad considera además que con el papel se retiene mejor los conocimientos.
El reto de los docentes es doble: enseñar y atraer a un alumnado hiperexcitado y con necesidad de continua de estímulos por el uso de las redes sociales.
Las familias también desean más libros y menos pantallas, en un 74% según el estudio.
Ante esta evidencia, gobiernos europeos como Suecia han anunciado la vuelta a los libros de texto para recuperar la capacidad de lectura y la retención de conocimientos, usando la tecnología como un complemento.
En Madrid ya se contempla distinguir con un sello a colegios con y sin pantallas para que los padres puedan elegir cuál es el modelo que desean para la educación de sus hijos.