Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea pidieron este jueves en su cumbre de primavera acelerar los incentivos económicos para impulsar más su autonomía militar al mismo tiempo que la competitividad, y volvieron a dejar claro su respaldo a la integridad de Ucrania aunque, de nuevo en ese punto, sin Hungría.
La Comisión Europea reconoció este viernes que hablar de un plan de "rearme" para referirse al objetivo de aumentar las inversiones en seguridad y defensa puede generar "sensibilidades" en algunos países y reflexionará sobre su política de comunicación para que el mensaje sea comprendido por todos los ciudadanos de la UE, según reconoció este viernes la portavoz del Ejecutivo comunitario Paula Pinho tras ser preguntada por la disconformidad expresada tanto por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con respecto al uso de la palabra "rearme" durante la cumbre de líderes de este jueves.
En su postura contra el rearme, Sánchez se alinea con líderes de la derecha europea como el húngaro Victor Orban o la italiana Meloni. Son las voces discrepantes contra el plan de rearme. El primer ministro de Hungría rechaza financiar entre todos los miembros el aumento del gasto en Defensa. Sánchez y Meloni prefieren no hablar de rearme y Europa ha aceptado debatir sobre el cambio de término.
Así la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, podría utilizar ya "un nuevo nombre" de 'Preparación 2030' con un enfoque "más amplio" para referirse a la estrategia en seguridad y defensa.
Al margen de su denominación, lo cierto es que la mayoría de los líderes de los países europeos se han comprometido en el Consejo Europeo a invertir en artillería, armas antiaéreos, drones o misiles para frenar la amenaza de Putin.
Además, crearán una 'Coalición de Voluntarios' de 20.000 soldados para desplegar en Ucrania y para ellos se reunirán en París el jueves, convocados, nuevamente por Enmanuel Macron.
Ignoran, no obstante, la propuesta de Pedro Sanchez de hacer pasar como gasto en Defensa la compra de medicamentos o la lucha contra el cambio climático.
Y es que, el Gobierno de coalición que sostiene a Pedro Sánchez y las fuerzas políticas que lo sustentan a duras penas, discrepan abiertamente de la posibilidad de aumentar el gasto en Defensa como exige Europa, Estados Unidos, la OTAN y los compromisos adquiridos con Ucrania.
Por ello, Sánchez busca convencer a sus aliados europeos de que hay muchas mas partidas que computar que caben bajo el epígrafe "gasto en defensa": emergencia climática, conexiones satelitales, computación cuántica, inversiones en medicamentos críticos o inversiones en ferrocarril.
El reto del PSOE en este sentido es complicado, ya que la mayoría de los socios del bloque de la investidura han evidenciado su rechazo al plan de rearme europeo y piden salir de la Alianza Atlántica.
El portavoz nacional del PP, Borja Sémper, ha criticado la "neolengua" del presidente del Gobierno para evitar hablar de 'rearme'. "Solo le faltaba haber hablado de piruletas y gominolas de colores cuando estamos hablando de algo muy relevante: el compromiso de España con nuestros socios en la defensa de nuestras libertades".
"Rearmar Europa es incompatible con una Europa segura y una Europa de cooperación", ha dicho, en cambio, el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, en València.