Miquel Silvestre se desplaza a Granada, famosa por sus quesos y sus vinos.
Visitará una quesería y una bodega antes de llegar a su destino, la estación de Sierra Nevada, allí intentará refrescar sus olvidadas nociones de esquí, deporte que no practica desde hace 30 años, lo que dará lugar a divertidas torpezas de nuestro aventurero.