Roxana Popa es una gimnasta española de origen rumano que a sus 22 años reúne todas las condiciones físicas y de carácter que conducen al éxito: fuerza de voluntad, capacidad de sacrificio e inmenso talento.
Hace seis meses era profesora de danza y estaba retirada de la competición por una lesión, hace un mes logró acabar sexta en suelo en el Mundial de Stuttgart.
A los seis años viene a Pozuelo, y le va tan bien en la escuela de gimnasia que el gobierno directamente le nacionaliza. Con 16 años logra ser sexta del mundo. Cuando mejor le va sufre una grave lesión de codo, y logra superarla. Hace cinco años, en un Internacional en México se rompió el ligamento anterior cruzado y los dos meniscos. Una lesión que hasta tiempo después no logró averiguar la gravedad del asunto.
Después de que los médicos le aconsejaran dejarlo, y tras de una larga temporada fuera del mundo del deporte. Roxana Popa tuvo que superarse a sí misma porque “todo eran malos recuerdos, y ansiedad” y superar el miedo a llevar una vida normal. La gimnasta aseguró que su mayor miedo “era no saber si estaba haciendo lo correcto”.