"Aunque parezca mentira, hemos acabado". Estas han sido las últimas palabras del magistrado José Manuel Fernández-Prieto -uno de los protagonistas involuntarios de este juicio- tras anunciar Luis Rubiales y los otros tres acusados que renunciaban a su turno de última palabra.
Hasta el juez ha terminado harto. Los abogados de Albert Luque, Jorge Vilda y Rubén Rivera han aprovechado su alegato final para atacar. El de Rivera a la Fiscalía.
Según la defensa de Rivera, a su representado se le ha sentado en el banquillo de los acusados "únicamente por pasar un teléfono, cargar un teléfono (el de Hermoso) y por pedir a Hermoso y Ana Ecube de manera educada sin violencia en intimidación que hablasen" con Luque.
La defensa de Jorge Vilda contra el hermano de Jenni Hermoso: "Es un disparate, contrario a la lógica y una osadía que el hermano y el amigo de Jenni Hermoso hablasen de que recibieron presiones del seleccionador y que después, por deferencia hacia el señor Vilda, hacia el amenazador, trasladasen esas coacciones a la jugadora".
Y el abogado de Luque contra la propia jugadora: "Esa víctima que no quería pactar con el diablo quería quedar con el diablo en Madrid para hablar. Estamos en un tema de libertad individual, de libertad de expresión, de conductas normales para poder expresar lo que uno considera oportuno en el ámbito de las relaciones personales"
Ningún acusado ejerció su derecho a la última palabra y el juez parece que lo agradeció porque tal era su desgaste que hasta cerró el micro antes de tiempo. El último día de un juicio que parecía interminable pero por fin ha terminado.