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Foto: EFE |Vídeo: Telemadrid
Redacción / Agencias
Alejandro Davidovich aceleró hacia las semifinales del Masters 1.000 de Montecarlo tras vencer con claridad al australiano Alexei Popyrin (6-3 y 6-2), partido en el que se encontrará con Carlos Alcaraz, que derrotó al francés Arthur Fils.
Fue un triunfo abrumador del malagueño, que en octavos eliminó al sexto jugador del mundo, el británico Jack Draper, y, aún así, se mostró disconforme con su rendimiento y su actitud. Nada tuvo que ver con ese duelo, complicado, incierto.
El malagueño, que disfruta de una temporada notable en la que ha rozado la conquista del primer título de su carrera en el circuito con las finales perdidas en este 2025 en Delray Beach y Acapulco, insiste en dar lustre a su historial. La buena línea la mantuvo contra Popyrin en un duelo de campeones júniors del Grand Slam, en el 2017. El de Roland Garros, el oceánico, y el de Wimbledon, el español.
"Cuando puedes controlas las cosas de fuera de la cancha es más fácil controlar las emociones dentro de ella"
No hubo color porque Davidovich se encuentra a gusto en Montecarlo, un evento de alto nivel donde casi siempre ha obtenido un gran rendimiento. Ya fue cuartofinalista en el 2021 y finalista un año después, superado en ambas por el griego Stefanos Tsitsipas.
El español, que ya se ha asegurado regresar el lunes al top 30 con su tercera presencia en las semifinales de un Masters 1000 tras la de Montecarlo 2022 y Toronte 2023, nunca había coincidido como profesional con Popyrin, que, tras perder el primer parcial, mostró la bandera blanca, la rendición. Su segundo set reflejó una clara resignación al adiós del torneo.
Davidovich, que ha igualado las presencias en los cuartos de final de Montecarlo con Tsitsipas, vigente campeón y del número uno del mundo Jannik Sinner, culminó por todo lo alto el partido, que se alargó durante una hora y diez minutos.
Tras los triunfos contra el estadounidense Ben Shelton, undécimo cabeza de serie, resuelto en tres sets y con el británico Draper, también en todas las mangas, el malagueño de 25 años se topó en cuartos con el compromiso más accesible en su recorrido por el torneo. Solo cedió cinco juegos para regresar a la antesala de la final.
Alejandro Davidovich espera ahora a Carlos Alcaraz para formar parte de una semifinal española.
Davidovich: "He madurado"
"Como dije el jueves en el partido contra Jack Draver fue una montaña rusa y tenía que cambiar a nivel mental si quería sacar adelante el partido. He demostrado que he podido hacerlo tal y como he estado haciendo esta temporada", dijo Davidovich tras ganar a Popyrin y regresar a unas semifinales de un Masters 1000.
"He mejorado como persona, he madurado. Cuando puedes controlas las cosas de fuera de la cancha es más fácil controlar las emociones dentro de ella. Ha quedado demostrado el progreso que estoy logrando este año", añadió Davidovich que lleva dieciocho victorias y ocho derrotas en lo que va de curso.
El malagueño destacó que el papel en Montecarlo y el juego contra Draper le estimula. "Me da fuerzas para competir en semifinales y estar a gran nivel", indicó Davidovich.