La Puerta del Sol de Madrid es, sin duda, uno de los puntos más emblemáticos de la capital. En su misma esencia se encuentran tradiciones que, a lo largo del tiempo, han sido parte tanto de los madrileños como de los turistas que visitan la ciudad.
El Kilómetro Cero
Ubicada en el corazón del barrio de Sol, la Puerta del Sol alberga el famoso Kilómetro Cero, un punto clave en la geografía de España.
En tiempos de la dinastía de los Borbones, se decidió que todas las carreteras radiales que conectan España con su capital debían comenzar aquí, lo que convirtió a la Puerta del Sol en el centro neurálgico del país.
Hoy en día, una de las tradiciones más populares es la de pisar con un pie este Kilómetro Cero, acción que realizan locales y turistas por igual, nadie puede resistirse a tener una foto en este simbólico punto.
El Oso y el Madroño
Otra de las figuras simbólicas más representativas de la Puerta del Sol es la estatua del Oso y el Madroño, un símbolo que aparece en el escudo de la ciudad de Madrid.
A pesar de que el oso es parte del imaginario heráldico de pocas ciudades europeas —compartiendo este hecho únicamente con Berlín—, en Madrid se ha convertido en un emblema esencial.
Una de las curiosas tradiciones que se ha desarrollado a lo largo de los años es la de tocar el trasero del oso de la estatua. Aunque el significado exacto de este gesto no está claro, se ha popularizado como una acción que, según dicen, trae buena suerte.
El Tío Pepe: El Letrero Indultado
Otro elemento icónico de la Puerta del Sol es el famoso luminario de Tío Pepe, una pieza histórica que ha resistido el paso del tiempo.
En un pasado no tan lejano, la plaza estaba repleta de anuncios luminosos que adornaban los edificios, pero hoy en día, el de Tío Pepe es el único que ha sobrevivido.
Gracias a un indulto, este cartel sigue brillando en el cielo de Madrid, recordándonos la historia y la modernización de la ciudad.