El rey Felipe VI no ha querido faltar a su cita anual para realizar el tradicional besapiés de Jesús de Medinaceli, una ceremonia que tiene tres siglos de antigüedad. Se celebra, según la costumbre, el primer viernes de marzo, en el que los fieles rinden devoción al Señor de Madrid.
Su Majestad ha llegado a las 11.21 horas, portando el cordón de esclavo de honor de Jesús de Medinaceli que recibió en 2018, y ha saludado a los fieles congregados a la entrada del templo, quienes le han dedicado una gran ovación.
Ha sido recibido por miembros de la archicofradía y de los hermanos capuchinos, encabezados por el Mayor, Benjamín Echeverría. Es la tercera vez que Felipe VI acude en representación de la Casa Real como monarca, ya que anteriormente lo había hecho como príncipe.
El rey ha hecho un hueco en su agenda ya que a las 13 horas tenía un acto en La Granja de San Ildefonso. Cientos de fieles le han fotografiado incluso dentro de la iglesia y a muchos de ellos el monarca les ha tendido la mano.
Tras besar el pie del Señor ha orado ante él y posteriormente ha entrado en la sacristía para charlar con los hermanos capuchinos y los miembros de la cofradía. Benjamín Echeverría, superior provincial de los frailes capuchinos, orden que custodia la imagen del popular cristo, ha indicado que el rey "es siempre el protector de cofradía" y que su visita "es una manera de continuar esa tradición".
Minutos después, el rey ha salido del templo, donde han seguido los vítores a Don Felipe.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado del concejal de Centro, Carlos Segura, también ha visita la Basílica en la mañana de este viernes.
"Le he pedido por Madrid, por todos los madrileños, porque seamos cada día mejores como sociedad, porque no abandonemos nunca a los que peor lo están pasando, porque logremos trabajo para todos aquellos que están en situación de desempleo, acordándome especialmente también de los que están enfermos y de los que están en situaciones complicadas y transmitiéndole también ese mensaje de que Madrid es una ciudad enormemente solidaria, acogedora y que aquí lo que queremos es, entre todos, cada día ser un poco mejores", ha manifestado.
Multitud de devotos madrileños han guardado durante varios días largas horas de cola para dar las gracias al Señor de Madrid por los dones concedidos o interceder por la salud de los seres queridos y la resolución de sus problemas.
La basílica cerrará sus puertas a las 12 de la noche, cuando ya no quede ningún fiel por pasar. Antes, a cada hora en punto, habrá misa.