El cardenal Angelo Becciu se ha convertido en uno de los protagonistas tras la muerte del papa Francisco, quien le retiró sus privilegios por su implicación en un escándalo financiero por el que ha sido condenado.
Lejos de retirarse, el cardenal italiano ha venido insistiendo en que conservaba las prerrogativas de entrar en el Cónclave y exigía participar en la elección del nuevo Pontífice.
Pero todo ha dado un giro en las últimas horas y Becciu, que ha estado participando en las congregaciones generales como el resto de los 252 cardenales, ha anunciado que renuncia a participar en la elección del próximo papa.
"Por el bien de la Iglesia, a la que he servido y continuaré a servir con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave a pesar de seguir convencido de mi inocencia", dijo Becciu en una declaración enviada a los medios.
Becciu tomó su decisión tras la congregación general de los cardenales celebrada este lunes, en la que se decidió que el cónclave comience el próximo 7 de mayo, según habían informado los medios.
En las anteriores reuniones de cardenales antes de funeral, el secretario de Estado, Pietro Parolin, había mostrado dos documentos firmados por Francisco que indicaban que Becciu no podía participar en el cónclave.
El responsable de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, había declarado que este lunes los cardenales no habían adoptado "ninguna deliberación por el momento" sobre el 'caso Becciu'.
El temor era que su exclusión hiciese invalidar el voto en la Capilla Sixtina, mientras los analistas explicaban que los cardenales tampoco podían tomar la decisiones de excluirle ya que esto sólo lo podría haber hecho el papa con anterioridad.
Irregularidades financieras
El cardenal italiano, de 76 años, fue condenado a 5 años y 6 meses de cárcel por un caso de irregularidades financieras y ahora está a la espera de la resolución de su recurso.
En 2020, Francisco lo suspendió, despojándolo de los "derechos asociados al cardenalato" tras conocerse su implicación, pero no suspendió sus deberes y entre los que corresponden a un cardenal está la elección de un nuevo papa.
Becciu, primer cardenal juzgado por un tribunal penal del Vaticano, también fue condenado a inhabilitación "perpetua" para ejercer cargos en la Santa Sede.
El escándalo estalló al trascender la compra de un edificio en el corazón londinense, en Sloane Avenue, una antigua sede de las galerías Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea.
Además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros cometidos presuntamente por Becciu, como las donaciones de 125.000 euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación, vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento presidía uno de sus hermanos.