A las cuatro de la madrugada se levantaba el cuerpo sin vida de Julen. Lo hacía la Guardia Civil en su condición de policía judicial al servicio del juzgado de instrucción número 9 de Málaga.
Desde las tres de la tarde de ayer, un agente de montaña ya bajaba al pozo con cada turno de mineros. Toda la actuación ha sido grabada y remitida al juzgado para determinar lo ocurrido y derimir responsabilidades. Clave en la investigación será el informe de la autopsia que comenzaba a las ocho y media de la mañana.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en este sentido, ha señalado que el trabajo del Instituto Armado "no ha terminado", porque ahora resta su actuación como policía judicial y siguiendo las "indicaciones" que realice la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, competente para determinar las circunstancias que han concurrido en este "trágico suceso".
Tras anunciar que se realizará una investigación "seria, diligente y rápida" para "dar respuestas en un tiempo lo más breve posible, pero con todas las garantías a lo sucedido", afirmó que, de momento, no es posible determinar si el tapón que había en el pozo pudo estar provocado por el movimiento de toneladas de tierra de la zanja.
"Hasta ahora, el objetivo fundamental era rescatar como víctima a Julen, ahora se inicia la investigación de todas las circunstancias que determinaron el fatal suceso", insistió, al tiempo que no quiso realizar conjeturas sobre las circunstancias en que se produjo la muerte.