Ya lo dijo Sánchez. Iba a gobernar con o sin el apoyo del Parlamento. Como no sacaría adelante la votación en el Congreso para aumentar el gasto en Defensa, se salta la norma hasta ahora de que la política internacional siempre pasa por el control de la Cámara Baja.
Pero ahora, el presidente que gobierna sin el Legislativo, da un paso más. También gobierna sin sus socios, es decir, sin parte del Ejecutivo. Busca fórmulas para subir el gasto en Defensa sin necesidad de pasar tampoco por la parte de Sumar de su ejecutivo.
Sánchez limita su presencia en el Congreso, una vez más y cumple un año sin ir al Senado, donde el PP tiene mayoría. De hecho en los seis meses transcurridos desde septiembre el presidente ha faltado a casi la mitad de las sesiones de control (7 de un total de 16).
Si finalmente saca adelante el aumento del gasto militar hasta el 2%, como un Real Decreto, hasta la AIREF, la autoridad fiscal independiente desautoriza el abuso del Decreto como instrumento inadecuado de legislación. Y deja una pregunta ¿Es constitucional incrementar 34.700 millones los presupuestos sin pasar por el Congreso?