El Hospital Ramón y Cajal desarrolla un programa integral de cribado y abordaje temprano de la Diabetes Mellitus Tipo 1 (DM1) en familiares de primer grado, que podría beneficiar potencialmente a más de 8.000 personas, tanto adultos como niños.
Diseñada para identificar la enfermedad antes de su debut clínico, esta iniciativa supone un avance en la prevención de esta patología, señala en un comunicado el centro hospitalario.
El programa es fruto de la colaboración multidisciplinar entre profesionales de distintos servicios clínicos del centro madrileño, como Endocrinología y Nutrición, la Unidad de Diabetes Pediátrica del Servicio de Pediatría, Inmunología así como Informática y Admisión.
La Unidad de Diabetes Tipo 1 del Ramón y Cajal, según ha informado en un comunicado, atiende actualmente a más de 3.000 pacientes con esta patología a los que suministra cerca de cuatrocientas bombas de insulina. Dispone de diez consultas específicas sobre esta patología, dos de ellas dedicadas a la diabetes gestacional.
Teniendo en cuenta que cada paciente tiene, de media, entre dos y tres familiares de primer grado, el alcance potencial de este programa de cribado puede superar las 8.000 personas en riesgo.
Identificar de manera temprana a estos familiares y proporcionarles información y seguimiento adecuado es fundamental para abrir nuevas posibilidades de prevención, destaca el hospital en la nota de prensa.
Este modelo integral de cribado aspira a convertirse en referencia nacional e internacional y contribuir al avance en el manejo preventivo de la diabetes tipo 1.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica sin cura que puede presentarse en individuos de todas las edades, desde la infancia hasta la tercera edad.
En las personas afectadas, el organismo no puede utilizar la glucosa -nuestra principal fuente de energía-, puesto que el páncreas ha dejado de producir insulina, la hormona clave para regular el ingreso de glucosa a las células.
Esta carencia hormonal conduce a un incremento en los niveles de glucosa en sangre y propicia el desarrollo de diversas complicaciones, entre las que se encuentran las enfermedades cardiovasculares, las alteraciones en la función nerviosa, el daño renal, las complicaciones en la retina y los problemas en las extremidades que pueden derivar en amputaciones. Asimismo, se pueden presentar afecciones en la piel y en la cavidad oral.
En el caso de las mujeres embarazadas, la inadecuada regulación de la glucosa aumenta los riesgos de aborto espontáneo, muerte fetal intrauterina y defectos congénitos.