En 1975, Consuelo Pérez transformó su amor por la jardinería en un negocio propio, marcando el inicio de una historia que hoy se celebra como un referente en el sector. Cincuenta años después, su legado continúa floreciendo a través de Fronda, una empresa familiar que ha crecido hasta convertirse en un símbolo del emprendimiento en España.
Premio al Emprendimiento en 2001, Fronda cuenta actualmente con más de 250 empleados y cinco centros, además de una tienda urbana, distribuidos entre Madrid, Mallorca y Navarra.
Esta exitosa trayectoria es el resultado del firme compromiso que Consuelo inculcó a sus nueve hijas e hijos: el amor por la naturaleza y la importancia de las relaciones con quienes les apoyaron en su camino hacia el éxito.
Su hija Silvia recuerda con cariño los inicios del negocio familiar: "La lio mi madre, que era muy emprendedora. Trajo una carreta de un pueblo de Toledo, lo sacó a la carretera y se puso a vender plantas".
Este espíritu emprendedor ha sido la base sobre la cual se ha construido Fronda, que ha sabido adaptarse a las necesidades del mercado mientras mantiene los valores fundamentales que Consuelo estableció desde el principio.
Camilo, otro hijo de Consuelo, destaca la evolución de la empresa: "Hubo que completar aquellos valores iniciales de nuestra madre de trabajo, generosidad y perseverancia con un planteamiento más empresarial".
Esta combinación entre la pasión por la jardinería y una gestión empresarial efectiva ha permitido a Fronda prosperar y expandirse a lo largo de los años.
Hoy, Fronda no solo es un lugar donde los amantes de las plantas pueden encontrar todo lo necesario para embellecer sus hogares y jardines, sino también un ejemplo inspirador de cómo una visión personal puede transformarse en un legado duradero.
La familia Pérez sigue trabajando incansablemente para honrar la memoria de su madre y continuar su misión de conectar a las personas con la naturaleza.
Con su historia como testimonio del poder del emprendimiento y el amor familiar, Fronda sigue creciendo y floreciendo, demostrando que las raíces profundas pueden dar lugar a un futuro brillante.