El Vía Crucis de la Borriquita se refugia en la Parroquia de San Ildefonso por la lluvia
- Un acto enmarcado dentro de las actividades de Cuaresma
Foto: REDACCIÓN
La iglesia parroquial de San Ildefonso y Santos Niños Justo y Pastor, ubicada en la calle Colón, 16, ha acogido este viernes de Cuaresma un Vía Crucis penitencial organizado por la Hermandad de la Borriquita.
El acto, que inicialmente estaba previsto que se desarrollara por las calles del barrio, ha tenido que trasladarse al interior del templo debido a las intensas lluvias que están afectando a la ciudad.
El Vía Crucis, una tradición profundamente arraigada en la Semana Santa, ha permitido a los fieles meditar sobre los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y su posterior resurrección.
En esta ocasión, los miembros de la Hermandad de la Borriquita y los fieles que se han sumado a la oración han recordado, con amor y agradecimiento, el sacrificio de Cristo para salvar a la humanidad del pecado.
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La oración penitencial comenzó aproximadamente a las 20.00 horas, justo después de la Eucaristía de las 19.00 horas. Aunque el mal tiempo impidió que el recorrido se realizara por las calles del barrio, como estaba previsto, el ambiente dentro de la iglesia fue de recogimiento y devoción.
El itinerario original habría incluido la plaza de San Ildefonso, las calles de San Joaquín, Fuencarral y Colón, para finalmente regresar al templo.
La Hermandad de la Borriquita, conocida por su activa participación en las celebraciones de Semana Santa, ha demostrado una vez más su compromiso con la comunidad parroquial y su capacidad de adaptarse a las circunstancias para mantener viva la tradición religiosa.
Documental: La Pasión
A pesar de las inclemencias del tiempo, el Vía Crucis fue un momento de profunda reflexión y oración para todos los asistentes, quienes renovaron su fe y su compromiso con los valores cristianos.
Este acto se enmarca dentro de las actividades de Cuaresma, un tiempo de preparación espiritual para la Pascua, y refleja la importancia de la tradición y la comunidad en la vida religiosa del barrio.
