Imagínense un niño mallorquín que con 12 años decide ir a pescar. Ese niño está comenzando a dar sus primeros pasos en el tenis y al día siguiente pierde el partido que debía disputar. Rafa Nadal aprendió en ese momento su primera lección.
En una carta abierta en la que repasa toda su trayectoria, Nadal cuenta que muchas veces la imagen que transmitía no era lo que sentía.
Además admite que tuvo un período en el que se planteó parar y darse un descanso del tenis. Pero apesar de eso aprendió a poner solción y seguir adelante
El tenista español asegura que en ningún momento se vio como supermán, pero que durante su camino aprendió que mucho. Rafa termina la carta agradeciendo todo lo que ha recibido, y con la convicción de haber dado siempre lo mejor de él.