La lluvia no da tregua en la región. Son ya 11 días ininterrumpidos de precipitaciones. La preocupación es máxima en la zona del Henares. El río ha alcanzado su máximo histórico de los últimos cinco años. El caudal del río se ha cuadruplicado en los últimos días, situándose en nivel rojo. Los servicios de emergencias de Alcalá de Henares permanecen en alerta. Han cerrado pasos subterráneos, senderos y algún aparcamiento. En San Fernando, la entrada del agua ha obligado a cerrar las instalaciones deportivas.
Medidas de prevención en Alcalá de Henares
En respuesta a la crecida, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha cerrado pasos subterráneos, accesos a zonas inundables y caminos cercanos al río, como el paseo del río de Nueva Alcalá, la pasarela peatonal de Zulema y el puente sobre el Camarmilla.
También se han instalado barreras en puntos críticos, como el azud de la isla de los García, donde el agua se encuentra a escasos metros de viviendas.
Además, se ha restringido el acceso peatonal en áreas ribereñas y se ha clausurado el parking de tierra de Nueva Alcalá.
Protección Civil, Policía Local y Bomberos han intensificado la vigilancia, con tres patrullas municipales monitoreando los indicadores de nivel del agua y tres dotaciones de Protección Civil trabajando en la zona del Camarmilla.
Recomendaciones a la población
Las autoridades han instado a los vecinos a extremar las precauciones: evitar desplazamientos innecesarios cerca del río, no cruzar zonas anegadas y no estacionar vehículos en áreas susceptibles de inundación. Los ciudadanos pueden mantenerse informados a través de los canales oficiales sobre el estado del río.
San Fernando mantiene la vigilancia ante la posible crecida del JaramaEmbalses al límite
La crecida del Henares está directamente relacionada con los desembalses de varios embalses de la región, como El Villar, que actualmente libera 140 metros cúbicos por segundo, y los del río Lozoya, como Puentes Viejas.
Según datos recientes, los embalses de la Comunidad de Madrid se encuentran al 86% de su capacidad, lo que ha obligado a aliviar agua para evitar desbordamientos mayores.
El riesgo no se limita al Henares. Otros ríos de la región también han experimentado crecidas significativas, manteniendo en alerta a las autoridades.