El exmiembro de ETA Ibon Fernández Iradi, alias 'Susper', ha negado este lunes haber participado en la entrega o recepción de material explosivo o de armas durante su etapa en el 'comando Buruntza' entre 2000 y 2001.
"Yo concretamente me ocupé de captaciones y buscar colaboradores, lonjas, garajes, apartamentos", ha señalado.
Así se ha pronunciado en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional en su contra por delito continuado de tenencia y depósito de sustancias o aparatos explosivos, delito continuado de depósito de armas de guerra y delito de depósito de armas de fuego.
La Fiscalía reclama para él 30 años de prisión e "inhabilitación absoluta durante 15 años más añadida a la suma de las penas privativas de libertad".
'Susper' ha explicado que en aquel entonces él tenía "problemas de salud"; en concreto, "tenía el brazo izquierdo inutilizado".
Según ha precisado, por ello --y por el hecho de que "conocía mucha gente" y de que había ido a la universidad-- le encargaron la tarea de captar colaboradores para ETA y conseguir pisos y garajes para la banda.
De esta forma, se ha desmarcado de toda la "logística" relativa al almacenamiento de material explosivo, armas de fuego y armas de guerra que le atribuye la Fiscalía.
"No es de lo que yo me ocupaba", ha dicho, para luego incidir en que aunque sabía que los otros miembros del comando tenían acceso a dicho material, "no sabía dónde lo tenían".
"No me comentaron que hubiera explosivos en ese piso", ha añadido.
Así, ha relatado que solo estuvo dos semanas en el año 2000 en el piso de la calle Bulandegui, ubicado en Guipúzcua, en el que la Policía Judicial halló armas y material explosivo.
"Cuando estaba allí no se hizo ninguna entrega de material. En las dos semanas que estuve algo hablaron, pero no era mi tarea. Yo me desentendí", ha señalado, al tiempo que ha reiterado que "no tenía ni idea" de dónde guardaban el material.
Ha explicado que le dieron la orden de "bajar de Francia" a Guipúzcua para contactar con el comando y que tras las primeras dos semanas se mudó a un piso en San Sebastián con la exmiembro de ETA condenada Ainhoa García Montero, donde vivió hasta febrero de 2001.
"No me quedaba (en la calle Bulandegui). Desde el punto de vista de seguridad no tenía lógica que me quedara", ha señalado para luego incidir en que solo acudía puntualmente para reuniones.
Preguntado por los manuales para el robo de vehículos en los que se encontraron sus huellas, Fernández Iradi ha señalado que se limitó a traerlos de Francia y entregarlos al comando.
"Posiblemente los hojee", ha dicho, aunque luego ha reiterado que él no se encargaba al robo de coches. Al ser preguntado directamente por el fiscal Vicente González Mota si "tenía relación con las armas intervenidas" al 'comando Buruntza', Fernández Iradi ha contestado tajante: "No, no tengo relación con esas armas".
Con todo, ha recordado que ya fue condenado en Francia por pertenecer a ETA y por tener el arma que llevaba consigo cuando le detuvieron; y en España, por trasladar instrucciones para un atentado de la organización.