El Hospital Ramón y Cajal ha sido el primer centro español en usar la ecografía en 4D intracardiaca para implantar un dispositivo diseñado para sustituir la válvula tricúspide nativa, una de las cuatro que controlan el flujo sanguíneo a través del corazón.
De esta técnica, que se ha consagrado como un hito de los tratamiento innovadores, se pueden beneficiar los pacientes que presentan problemas complejos de las válvulas de corazón, por lo que someterse a una cirugía es de gran riesgo. Además, tampoco pueden ser tratados con métodos menos invasivos tales como el implante de un anillo percutáneo o 'clips' en los velos de la válvula tricúspide.
Este proceso consiste en el implante percutáneo transcatéter, a través de la ingle, sin necesidad de operar a corazón abierto. Por ello, "es esencial disponer de las técnicas de imagen" ha explicado la doctora Covadonga Fernández-Golfín, jefe de Sección de Imagen Cardiovascular del Servicio de Cardiología.
La calidad de la imagen resulta fundamental ya que "hay casos donde la imagen usando la técnica habitual es muy mala por la presencia de prótesis metálicas o marcapasos", puntualiza la médico adjunto de la Sección Cardiología intervencionista Luisa Salido Tahoces.
No obstante, la ecografía 4D intracardiaca no sólo mejora la precisión diagnóstica sino que también permite que la evolución de los paciente sea "mucho mejor" puesto que "la intervención es menos agresiva" añadía la doctora Ariana González-Gómez, directora de la Clínica Valvular del Servicio de Cardiología del Ramón y Cajal.
Hasta el momento, el hospital madrileño ha intervenido a 13 personas.